El año pasado el sector pesquero ecuatoriano exportó 445.045 toneladas de producto a nivel global. Si bien estos envíos representaron ingresos por más de 1.875 millones de dólares, estos tuvieron una disminución del 5,4 por ciento en comparación con el 2022; siendo el descenso de los precios uno de los principales factores para el bajo desempeño.
Este 2024 la industria espera recuperar el ritmo perdido, sobretodo porque tiene bajo sus hombros toda una cadena productiva que depende de ella. Se estima que su operación genera el 2,9 por ciento del PIB nacional, así como alrededor de 200.000 empleos directos, sin contar con los negocios que se forman alrededor.
Asimismo, al ser un sector manufacturero, el 67 por ciento de sus exportaciones tienen valor agregado. Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería (CNP), señala que esta operación requiere de una gran mano de obra, tanto en flotas pesqueras, fábrica y servicios asociados.
“El 80 por ciento de lo que se produce en el país es pesca de atún, el otro 20 por ciento es de pelágicos pequeños, de este último sale la harina de pescado, componente importantísimo para la fabricación de balanceados para la industria camaronera”, remarca.
Y es que Ecuador es un país atunero por excelencia, su flota pesquera es la más grande del Océano Pacífico Oriental (OPO) con 113 embarcaciones industriales. Según la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), en el 2023 las capturas nacionales en el OPO representaron el 39,7 por ciento. Aunque la directora ejecutiva de la Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros (CEIPA), Mónica Maldonado, aclara que dichas capturas solo representan un 50 por ciento del volumen que requieren las empresas procesadoras, por lo que el restante se importa.
Actualmente, el país es el segundo mayor exportador de lomos precocinados y conservas de atún a nivel mundial, después de Tailandia. Las procesadoras atuneras están en las provincias de Guayas, Santa Elena y Manabí, esta última aportan con aproximadamente el 70 por ciento de las exportaciones.
“A nivel de la Subsecretaria de Calidad e Inocuidad están registradas y aprobadas 57 plantas procesadoras pesqueras. Su capacidad instalada es de 550.000 toneladas aproximadamente, produciendo de manera normal”, destaca Maldonado.
Uno de los mayores procesadores de atún en el país es Nirsa, su complejo industrial ubicado en Posorja, provincia del Guayas, procesa diariamente cerca de 450 toneladas de este pelágico, una labor en la que participan 3.700 personas.
La empresa cuenta con 14 embarcaciones atuneras y su planta posee siete cámaras de congelación con capacidad para almacenar hasta 20.000 toneladas métricas de pescado. El año pasado rompió su récord de pesca con 70.000 toneladas, este 2024 espera alcanzar un resultado similar.
Con su marca Real, Nirsa ha incursionando con sus conservas de atún en versiones en agua, aceite de oliva, aceite de girasol, tipo francés, ensaladas y encebollado en 35 países, siendo el mercado norteamericano uno de los más importantes. Adicionalmente, procesa productos bajo marcas privadas alrededor del mundo.
La gerente de asuntos corporativos, Melissa Aguirre, señala que su portafolio tiene una destacada participación en Europa, uno de los mercados más exigentes en cuanto a calidad, inocuidad y sostenibilidad.
Para mejorar sus etapas de procesos, la compañía ha ido renovando toda su infraestructura. En los últimos años ha sumado sistemas automáticos para la cocción del atún, rayos x para la detección de metales y posibles contaminaciones, así como un brazo robotizado que empaqueta 600 cajas por hora.
La inversión es el punto en común en el crecimiento de esta industria. Otro ejemplo de mejora se observa en las plantas de atún y sardina de Envasur, ubicadas en Manta y Valdivia en Santa Elena. Esta empresa ecuatoriana destinó en los últimos dos años más de 1´200.000 dólares en infraestructura, tecnología y certificaciones para incrementar su producción, disminuir costos y cumplir con los estándares de calidad y seguridad alimentaria.
Entre sus últimas adquisiciones está una cerradora de latas formato oval para sardina que sella 220 latas por minuto; un analizador enzimático de histamina; así como tecnología para controlar la trazabilidad, análisis estadístico y vehículos.
Su gerente general, Julio Tigua, cuenta que las plantas de Envasur tienen una capacidad diaria de procesamiento de 30 toneladas de atún y 60 de sardina. Sus conservas se comercializan en Colombia, México, Uruguay y Venezuela. El año pasado la compañía lanzó su marca propia Tunnis, con la que aspiran conquistar el mercado local e internacional.
“Las exportaciones en el 2023 cerraron por encima de 24 millones de dólares, las acciones comerciales que se han realizado en los últimos dos años nos permite proyectar un crecimiento para este 2024 del 75 por ciento”, asegura el directivo.
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Desafíos
El panorama de este año para el sector pesquero trae desafíos significativos, uno de ellos, asegura Bruno Leone, es salir de la tarjeta amarilla que le impuso la Unión Europea a Ecuador en 2019, por no contar con los elementos de control necesarios contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. En septiembre de este año se prevé realizar la última auditoría.
Otro objetivo propuesto es modernizar y repotenciar la flota pesquera y seguir trabajando en los requerimientos de la certificación Marine Stewardship Council (MSC).
“Otro reto es conseguir la entrada preferencial de nuestros productos pesqueros a Estados Unidos libres de impuestos”, manifiesta el ejecutivo de la CNP.
Con él coincide la vocera de CEIPA, quien cree que las exportaciones de túnidos se fortalecerán con la aprobación de la Ley IDEA (Innovación y Desarrollo en Ecuador). Estados Unidos es el segundo destino de las exportaciones de atún procesado del país, después de España. Hasta noviembre del año pasado se enviaron 47.202 toneladas a este destino. De darse luz verde a esta ley el producto podría ingresar libre de aranceles en todas sus presentaciones.
“El año anterior, el mercado estadounidense significó el 11 por ciento del total de las exportaciones anuales de conservas y lomos de atún del Ecuador, por lo que la ampliación de este mercado será uno de los ejes principales para 2024”, afirma Mónica Maldonado.
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