Compradores de la industria de restaurantes, supermercados, hoteles y catering, así como importadores y distribuidores de toda Asia visitan el evento en busca de productos del mar innovadores.
La ciudad israelí, Tel Aviv, ha sido posicionada por primera vez como la ciudad más cara del mundo para vivir. La creciente inflación y los problemas en la cadena de suministros han contribuido a un incremento en los precios.