Por ejemplo, la maternidad ha instado a las madres a trabajar a tiempo parcial, del 16% al 29%, de acuerdo a una investigación reciente realizada por el Banco de Desarrollo de América Latina en dicho continente.
El estudio referido también determinó que el nacimiento del primer hijo aumenta en las progenitoras la probabilidad de laborar desde el campo del autoempleo o el trabajo informal, lo cual no se observa en los padres, como diferencia.
A mediano plazo, la tasa de autoempleo de las madres persiste entre un 17% y un 42% más alta que antes de la llegada de sus hijos, mientras que el trabajo informal se incrementa entre un 16% y un 50%.
“Estas brechas laborales, sumadas a los retos que las mujeres enfrentamos para combinar las tareas operativas del trabajo y las de mamá, provocan un gran impacto en el trabajo de la mujer y por tanto en el cumplimiento de sus metas profesionales, inclusive pueden terminan en la auto exclusión del mercado laboral, lo que finalmente afecta el bienestar mental y emocional”, considera Paulina Cobo, Country Head de Cornerstone Ecuador.
Cobo recalca la importancia de crear una cultura empresarial que genere entornos laborales en los que se otorguen más recursos para las mujeres que atraviesan dificultades relacionadas a la maternidad, y, de igual manera, enumera acciones que ellas pueden emprender para facilitar el acoplamiento al sistema.
Las madres que estén frente a esta situación deben establecer objetivos, puesto que "es importante identificar y establecer cuál es la prioridad en ese momento y tomar acción para cumplir con las metas propuestas", según se detalla en una lista de recomendaciones de la ejecutiva.
Es posible que el rol de madre y la vida laboral tengan una importancia equivalente para la madre, por lo que no se debería abordar la situación dejando atrás una de estas facetas, sino encontrando la manera de cumplir con ambas.
De igual manera, crear un horario, en el que se de espacio a situaciones imprevistas puede resultar beneficioso en dicho ejercicio de equilibrio y la realización de acciones consideradas como responsabilidades familiares y laborales.
Además, si se tiene una pareja, la división de las tareas domésticas, como la alimentación de los niños y la limpieza de la casa, debería llevarse a cabo para librar de carga a ambos.
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“Si aceptamos que como madres existen fallas, se puede ser más relajada y menos exigente contigo misma. La crianza de un hijo es una tarea individual que tiene diferentes enfoques y no siempre hay una receta perfecta para seguir. Es fundamental aceptar que la imperfección es parte del proceso, estar cómodas con el hecho de no poder hacerlo todo y entender que es parte del proceso de aprendizaje”, concluye Cobo, cuyos consejos también refuerzan la idea de que la madre necesita tiempo a solas para hacer cosas que disfruta.
"No es suficiente sólo establecer medidas de salud física, también es crucial implementar protocolos de salud mental para asegurarse de que las personas se encuentren seguras, saludables y sean productivas", indican los consejos de la ejecutiva de Cornerstone.
Además, se exhorta a estas a fijar un horario regular para la madre, ensamblado de una manera que presente flexibilidad, y promover habilidades como la comunicación, la adaptabilidad, la integridad, el pensamiento analítico, la resiliencia y la empatía en el lugar de trabajo.