Así lo calificó la canciller de Ecuador, Gabriela Sommerfeld, al terminar la primera ronda de contacto entre la delegación estadounidense y el Ejecutivo ecuatoriano, con una reunión sostenida en el palacio presidencial de Carondelet.
La comitiva que encabeza el asesor presidencial de EE.UU. para las Américas, Christopher Dodd, fue recibida por Noboa y varios de sus ministros.
En la delegación estadounidense también está la comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson, y el subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos Antinarcóticos y Cumplimiento de la Ley, Christopher Landberg.
El encuentro se desarrolló a puerta cerrada y al terminar solo dio declaraciones a los periodistas la canciller Sommerfeld, quien aseguró que esta visita "también es una confirmación al fortalecimiento y la cooperación bilateral".
"Contamos con las herramientas jurídicas que permiten fortalecer la cooperación en seguridad con Estados Unidos y con otros países con los que tenemos estrechos vínculos en pro de defender la democracia y un Estado de Derecho", manifestó.
La ministra de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana de Ecuador detalló que entre las peticiones realizadas a la comitiva del presidente de EE.UU., Joe Biden, está la prioridad para Ecuador de una ampliación del acceso a mercados para los bienes y servicios ecuatorianos, así como la atracción de inversiones y financiamiento.
Para ello la diplomacia ecuatoriana ha promovido en Estados Unidos el impulso de la Ley IDEA, con la que pretende integrarse en el acuerdo de preferencias arancelarias que tienen los países de la cuenca del Caribe para ingresar sus productos en Estados Unidos.
"Estas medidas sin duda alguna entregarán un ecosistema de prosperidad que otorgue oportunidades de inversión y generación de empleo para el bienestar del desarrollo del Ecuador y los ecuatorianos", apostilló Sommerfeld.
Otra de las peticiones del Ejecutivo ecuatoriano fue trabajar en "lograr una migración segura, ordenada y regular".
"Ecuador ha manifestado a Estados Unidos la necesidad de explorar soluciones concretas para nuestros migrantes. Seguimos trabajando en el acuerdo para lograr un TPS (estatus de protección temporal) para nuestros migrantes que actualmente viven en Estados Unidos y que tienen que regularizar su estancia allá", concluyó.
Alrededor de cuarenta países ofrecieron apoyo y cooperación a Ecuador para enfrentar al crimen organizado después de que Noboa declarase el "conflicto armado interno", entre ellos Estados Unidos.
El mandatario ecuatoriano elevó la lucha contra el crimen organizado a esa categoría tras una oleada de atentados y acciones violentas atribuidas a bandas criminales que incluyeron el secuestro de policías, asesinatos, artefactos explosivos, vehículos incendiados, motines carcelarios con unos 200 rehenes que lograron ser liberados y la toma de un canal de televisión por parte un grupo armado que secuestró a sus trabajadores durante una emisión en vivo.
Se trató de una declaración de "guerra" donde estos grupos de delincuencia organizada pasaron a ser considerados por el Gobierno ecuatoriano como grupos terroristas y actores beligerantes no estatales, objetivos a neutralizar por las Fuerzas Armadas.
En varias entrevistas concedidas la semana pasada, Noboa confirmó que aceptaría la ayuda ofrecida por el Gobierno estadounidense y señaló que su país requiere armas, equipamiento e inteligencia.
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También deslizó la posibilidad de entregar a Estados Unidos antiguo equipamiento militar de fabricación rusa y ucraniana a cambio de nuevos equipos estadounidenses por valor de 200 millones de dólares, en una transacción donde calificó de "chatarra" los elementos a deshacerse.
La comitiva enviada por el mandatario de Estados Unidos estará en Ecuador durante cuatro días, donde mantendrá una serie de reuniones con las autoridades estatales y evaluará la situación con las bandas del crimen organizado.
En los últimos años las relaciones entre Estados Unidos y Ecuador han alcanzado su momento más intenso y cercanos en décadas y la cooperación se ha estrechado en materia de seguridad y de ayuda al desarrollo, a medida que el territorio ecuatoriano se ha vuelto un punto clave dentro de las rutas del narcotráfico.