Daniel Noboa dispone auditoría para verificar más de 7.000 muertes violentas en el gobierno de Rafael Correa
Las cifras del Instituto de Estadísticas y Censos (INEC) determinan que en el período de gobierno de Rafael Correa hubo 7.379 muertes de intención indeterminada relacionadas a hechos violentos en el período 2007-2017, mientras el correísmo se jactaba de ser el país más seguro de la región.
Esto motivo que Arduino Tomasi, investigador de la Universidad de Chicago en la Harris School of Public Policy, revisara los datos del INEC para saber por qué esa cifra nunca salió a la luz. Según Tomasi, no se puede saber si esas muertes fueron asesinatos, sicariatos, suicidios, accidentes de tránsito, ya que las instituciones lo catalogaron como indeterminado.
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Pero lo que sí se puede saber, ha explicado Tomasi, es que el tiempo y la ubicación geográfica en las que sucedieron. Según el investigador, estas muertes se concentran cantones por donde se transporta la droga, por ejemplo, en la Frontera Norte. Asimismo, ha referido, que coincide en temporalidad con los decomisos o incautaciones de droga.
¿LA BASE DE MANTA HABRÍA INFLUIDO?
Tomasi va más allá: esta tendencia habría sucedido tras la salida de la Base de Manta en 2009. Dice que, si era un país seguro y si la tasa de homicidios estaba a la baja, como ha defendido Rafael Correa, ¿por qué aumentaban las muertes violentas?
Obviamente el correísmo ha justificado temas estadísticos y manipulación de la información en etapa electoral. Pero el presidente Daniel Noboa acaba de pedir que el INEC realice una auditoría interna “ante la investigación que evidencia la posibilidad de una manipulación sistémica de los datos de homicidios durante gobiernos pasados”.
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También pide a la Fiscalía que inicie una investigación ante la posibilidad de falsificación de documentos públicos. La carta de Noboa también pide investigar la gestión del exasesor de salud de la Presidencia entre 2011 y 2023, Pablo Aníbal Izquierdo, quien fue detenido por supuesto delito de pornografía hace dos meses.
Esto debido a que las muertes indeterminadas tendrían relación con desapariciones y trata de personas.
Muchos se preguntarán, ¿para qué desenterrar el pasado? La respuesta es una sola: Justicia. Esto no es una cuestión política”, escribió Noboa.
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