Los políticos más cínicos del 2021
Algunos han hecho de todo para sostenerse en el poder, como acallar o encarcelar a sus detractores, otros han sido los culpables de un manejo desastroso de la economía de su país y de la crisis por el coronavirus.
Algunos han hecho de todo para sostenerse en el poder, como acallar o encarcelar a sus detractores, otros han sido los culpables de un manejo desastroso de la economía de su país y de la crisis por el coronavirus. Estos son los políticos más cínicos del 2021:
NICOLÁS MADURO
Ha convertido a Venezuela en el país más pobre del continente, superado solo por Haití. Por la inflación, en octubre cambió por sexta ocasión la moneda. La corrupción rampante del régimen es considerada la peor en la historia de la región.
Hizo una pataleta, cuando su testaferro, el empresario colombiano Álex Saab, fue extraditado a Estados Unidos. El próximo año, el juicio del empresario pintará en blanco y negro este robo.
DANIEL ORTEGA Y ROSARIO MURILLO
Contra viento y marea, y en unas elecciones amañadas, Daniel Ortega y su esposa fueron elegidos copresidentes de Nicaragua. Para lograrlo encarcelaron a siete aspirantes de la oposición justificando su prisión en delitos como terrorismo y lavado de dinero. Los aspirantes los habrían derrotado en las urnas.
Según las encuestas, Ortega tiene una aprobación de apenas el 17 por ciento. Él y su familia resultaron más crueles y ambiciosos que la dictadura de los Somoza, que Ortega ayudó a derrocar.
ALEXANDER LUKASHENKO
Furioso porque la Unión Europea le impuso sanciones por haberse reelegido con claras evidencias de fraude, el dictador de Bielorrusia concedió visas a migrantes desesperados de países del Medio Oriente y africanos, entre ellos kurdos iraquíes, libios, sirios y afganos.
Facilitó vuelos a la capital Minsk y de ahí los empujó a las fronteras con Polonia, Letonia y Lituania para generar una crisis humanitaria en el crudo invierno. A sus espaldas está la mano de Vladimir Putin.
JAIR BOLSONARO
Al capitán no le cuadran las acciones políticas porque en democracia ni las demás funciones del Estado ni la oposición aceptan órdenes, ni siquiera lo han hecho los militares que intentó involucrar en la administración del Estado.
Frenético por mantenerse en el poder, intentó cambiar el sistema de votación electrónico por el manual, donde resulta más fácil hacer fraude.
Su manejo irresponsable de la crisis del COVID-19 ha causado 615 mil muertos. Miembros de su entorno han hecho negocios corruptos con las vacunas, por lo que se ha promovido un juicio político en su contra para acusarlo de crímenes de lesa humanidad.
Su fracaso ha hecho olvidar la corrupción de los dos gobiernos anteriores de Lula y Dilma. Difícil que pueda reelegirse.
NAYIB BUKELE
El presidente milenio, que toda comunicación la realiza a través de Twitter, actúa como dictador. Debido a su popularidad barrió en las elecciones intermedias y pasó a controlar al Poder Legislativo en El Salvador. Ni corto ni perezoso cambió a la Corte Suprema, jubilando anticipadamente a algunos de sus miembros para tener una mayoría que controla.
También hizo cambiar al Fiscal General. Con todos los poderes en el bolsillo demolió la prohibición para ser reelegido y ha optado por usar al bitcoin como moneda en curso y paralela al dólar; además de crear una ciudad para albergar monedas virtuales
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