Sri Lanka vive su peor desastre marítimo. Cientos de animales marinos han muerto a raíz del volcamiento de 87 contenedores de gránulos de plástico, más conocidos como nurdles. Cerca de 470 tortugas, 46 delfines y 8 ballenas, además de delfines y peces han sido hallados con nurdles en su organismo.
Se trata de pelotitas de plástico y químicos que se utilizan para hacer la mayoría de los materiales que usamos en la vida diaria. Cuando se infiltran en el ambiente se fragmentan en microplásticos que son confundidos por los animales como alimento. Los nurdles son difíciles, sino imposibles, de eliminar una vez fragmentados.
Estos pequeños gránulos están hechos de poliestireno, polipropileno, cloruro de polivinilo, y otras sustancias tóxicas, que al ser consumidas por los animales, afectan su organismo, les puede provocar la muerte y en otros casos, terminan servidos en nuestros platos de comida.
El volcamiento del navío X-Press Pearl en el puerto de Colombo, no es el primero de su tipo. Cada año, 230,000 toneladas de este microplástico acaban en el mar, convirtiéndolo en la segunda fuente de contaminantes en el océano por peso, justo detrás del polvo de llantas.
Tom Gammage, de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA por sus siglas en inglés), comentó a The Guardian que los gránulos de plástico actúan como esponjas que atraen químicos tóxicos y son un medio de transporte para las bacterias dañinas como la E. Coli.
Las organizaciones ambientales que trabajan para reducir la polución marina exigen al gobierno de Sri Lanka reconocer a los nurdles como material dañino. Los activistas buscan que se implementen en la industria del plástico medidas más estrictas en la fabricación, transporte y distribución de este elemento.
Hemantha Withanage, directora del Centro de Justicia Ambiental en Sri Lanka, dice que el volcamiento de productos químicos y gránulos de plástico causó un daño incontable al mar de Sri Lanka y a los habitantes de la localidad, haciendo referencia a las más de 20.000 familias que tuvieron que dejar su trabajo en la pesca debido al incidente.
“No hay nada que evite que lo que pasó en Sri Lanka pueda volver a pasar” menciona Gammage.