Cultura

Héctor Jaramillo, leyenda de la música ecuatoriana, revela el origen de su éxito ‘El pañuelo blanco’

Tiene 93 años y nunca dejó de cantar. Después de 75 años de carrera Héctor Jaramillo confiesa que debe su éxito al amor de su esposa y una vida lejos de los vicios.

domingo, 23 febrero 2025 - 16:51
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Don Héctor baja las escaleras de su casa. Camina despacio y una sonrisa ilumina su cara. ¿Cuál es el secreto de tanta vitalidad?, le pregunto con un obvio asombro. Me da la mano y me contesta: “El amor que siento por mi esposa desde que la conocí cuando tenía 15 años. Tenemos 52 años de casados, nunca peleamos, amo a mi mujer desde que la vi por primera vez en su colegio, el María Auxiliadora en Guayaquil. Yo ensayaba en un edificio al frente del colegio con mi grupo ‘Los Cuatro Brillantes’ y cuando la monja se daba la vuelta, las niñas nos pedían canciones y las cantábamos”, relata el barítono que se casó con Adelaida diez años después.

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Ella se había graduada de abogada y yo era músico -lo que era muy mal visto en esos tiempos-. Sus papas la querían mandar a Alemania a estudiar. Decidimos casarnos y ya solo la muerte nos podrá separar”, finaliza. Al lado del gigante Héctor, se sonríe Adelaida Fabre Plaza. Recuerda cuando su esposo le dedicó la canción 'Enséñame a querer' y ella, aunque no era cantante, le respondió con 'Sólo tuya'.

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$!Héctor con su esposa Adelaida Fabre Plaza. Están casados desde hace 52 años y tienen dos hijos.

La vida es un pañuelo

Desde hace más de sesenta años el quiteño Don Héctor vive en Guayaquil. En su casa, un cuarto está dedicado a su vida de artista. Las paredes están llenas de condecoraciones, artículos de prensa y su guitarra descansa sobre el sofá. En una mesa está su mayor orgullo: El reconocimiento como “Artista Leyenda” que recibió en la ceremonia de los Premios Unidad Latin Music Awards en Nueva York, en noviembre del 2024.

Héctor tiene su voz intacta, aunque una operación a la garganta le obliga a un poco de mesura. El 31 de enero estuvo cantando en el Cerro del Carmen, y los días anteriores en Naranjal y Azogues. No se promociona, la gente lo busca para recordar la banda sonora de su vida con “Ódiame si quieres”, “El clavel negro”, “El paisano”, “Chola cuencana” y sobre todo “Pañuelo Blanco”.

$!Héctor Jaramillo fue parte del grupo Los Lemari, Los Latinos del Ande, Los Cuatro Brillantes y El Trío Los Brillantes (foto) con Homero Hidrobo, Jaramillo y Olguita Gutiérrez.

Lo más extraño es que debe su mayor éxito a una travesura del destino. “Nunca me imaginé ser solista. En los grupos que integraba era la tercera o cuarta voz. Me llegaban las canciones para enseñar a otros compañeros. Un día recibí el pasillo ‘El pañuelo blanco’ de mi compadre Fausto Galarza de Ambato y le propuse a una cantante que lo rechazó. Al llegar a la casa, mi esposa me dijo que lo grabara yo y lo hice. Con el disco en mano fui a dejarlo a las 100 rocolas que estaban en las cantinas de Guayaquil. 15 días después era el título más tocado en la ciudad y ya era el “señor del pañuelo blanco”, detalla el hombre que no sabía coger un micrófono y como algo natural empezó a moverse en el escenario.

“Fui posiblemente el primer cantante de pasillos en hacerlo. Julio Jaramillo era maravilloso pero era un palo cantando”, acota el artista que tiene una mano rota, la clavícula dislocada y una lesión en la columna por sus continuos movimientos escénicos.

$!Con “Pañuelo Blanco” Héctor Jaramillo empezó su carrera como solista. Tiene 14 discos.

Con el “Pañuelo blanco” Héctor fue invitado a Viña del Mar y se llevó la gaviota de plata en el festival de música folclórica en 1974 y pudo cantar en el Madison Square Garden en el 1987. El embajador de la música ecuatoriana ha realizado 84 giras a los Estados Unidos y 25 a Europa.

“Vivo cómodo, no bebo y tomo mi trabajo en serio. En el 2000 perdí todo mi dinero por el feriado bancario y tuve que empezar desde cero. Hoy cuido mi voz y respeto la línea melódica y armónica de cada pasillo que interpreto. En la calle la gente me pide Selfie y yo les agradezco”. Se termina la entrevista, siento el orgulloso inmenso de haber hablado con un representante del patrimonio nacional.

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