La innovación, personalización y desarrollo de nuevos productos que atiendan la demanda de los consumidores son algunas de las razones que han llevado al camarón ecuatoriano a destacarse en los mercados internacionales.
Actualmente, el principal valor diferencial que se destaca en este producto surge de su frescura y de certificaciones internacionales que garanticen que cumple con estándares de sostenibilidad, es decir que garantizan una crianza saludable y sin químicos.
El especialista en negocios internacionales de la ESPAE, Víctor Jurado, explica que la industria ecuatoriana ha sido líder en estas iniciativas, no solo en el manejo técnico de su producción, sino también en acciones que permitan que un commodity como el camarón, se diferencie y agregue valor.
“La iniciativa Sustainable Shrimp Partnership, por ejemplo, garantiza el cumplimiento de los más exigentes estándares de calidad en el mundo, con cero uso de antibióticos, totalmente trazable desde la producción hasta el consumidor final vía tecnologías como el blockchain; con esto se ha establecido el más alto estándar en el mundo en términos de producción de acuacultura, marcando un hito mundial”, manifiesta.
Pero a más de la frescura y los altos estándares ambientales, el consumidor -especialmente el internacional- está ávido de nuevas presentaciones y si bien la producción de camarón entero es más rentable y menos complicada, son varias las empresas que están diversificando su producto a fin de competir en otros mercados, una decisión que supone grandes inversiones, sobre todo en tecnología y fuerza laboral.
Una industria que ha apostado por esta estrategia es NIRSA. Con el fin de ampliar su propuesta de valor agregado, en el 2017 abrió la planta ProPosorja, donde se procesan las diversas presentaciones para el mercado externo como: camarón crudo con cabeza, crudo sin cabeza, crudo pelado con y sin vena, crudo pelado con y sin cola, E-Z Peel (IQF y en bloque), apanado, apanado con coco (listos para calentar en horno), camarones al ajillo, brochetas, entre otros.
Esta planta exportó el año pasado aproximadamente 33 millones de libras de camarón, 34 por ciento con valor agregado y cuatro por ciento cola, siendo Estados Unidos su principal comprador, seguido del mercado asiático.
Ricardo Aguirre, gerente de empacadora de NIRSA, afirma que la línea más apetecida internacionalmente es la de apanados. Aunque localmente destaca que también se ofrecen opciones con cáscara, pelados, desvenados y apanados (crudos y pre cocidos).
Para atender la creciente demanda en este segmento la compañía ha invertido aproximadamente cuatro millones de dólares. “Dentro de las principales inversiones que hemos realizado se encuentran dos clasificadoras de camarón tipo escorpión, dos túneles para salmuera de capacidad 4.000 kilos por hora, tres túneles de congelación, una línea de IQF (Congelación Rápida Individualizada)”, manifiesta.
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Otra industria alimenticia que ha innovado e incorporado productos en base a esta proteína en su portafolio es Tecopesca. La empresa decidió incursionar en el campo de los productos de valor agregado bajo la marca Tunalia Línea selecta, una apuesta centrada en el estilo gourmet, en este caso con patés de camarón.
Estos productos buscan satisfacer la demanda de un nicho de consumidores que buscan alternativas de snacks nutritivos en presentación de dip´s o untables.
“Además de su frescura, sabor y aporte nutricional que le dan ese valor diferencial, son una solución práctica y eficaz para atender compromisos sociales de cualquier tipo, dada su versatilidad que permite disfrutarlo con una variedad de opciones combinables”, declara el gerente general de Tecopesca, Ronald Aroca.
Los patés de Tunalia son producidos a partir de una selección de camarones ecuatorianos, combinados con vegetales y otros ingredientes, entre sus presentaciones están aceitunas, ají, coco, pimiento, especias y natural, las mismas que se comercializan en diferentes segmentos y mercados a nivel nacional.