A pesar de que las exportaciones de camarón ecuatoriano alcanzaron en abril pasado un volumen récord con 111.512 toneladas, el 2024 no es un año positivo para la actividad acuícola nacional. La principal razón: la caída de precios del producto en los mercados internacionales.
Cifras de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA) muestran que de enero a agosto de este año los ingresos del sector por concepto de ventas cayeron un 6,25 por ciento en comparación con el mismo periodo del 2023, lo cual significó alrededor de 267 millones de dólares menos.
El enfriamiento de la economía mundial está poniendo en apuros a las exportaciones camaroneras, especialmente en mercados relevantes como China, Estados Unidos, España, Francia e Italia. Por ejemplo, el gigante asiático, que es el principal comprador de camarón ecuatoriano, experimenta hoy un debilitamiento económico. Las proyecciones para este 2024 estimaban un crecimiento del 5,5 por ciento, pero se prevé que probablemente cierre el año con un cuatro por ciento.
La crisis inmobiliaria y la depreciación del yuan frente al dólar provocan que los importadores dispongan de menos capital y que el consumo interno se restrinja. Entre enero y agosto de este año, las compras de camarón de este destino se redujeron en más de 479 millones de dólares, frente al 2023.
Otro factor que incidió en los envíos fue la restricción para exportar que se les interpuso por cuatro meses (febrero- mayo) a nueve empresas ecuatorianas, por una supuesta detección de niveles de metabisulfitos en un lote de productos.
José Antonio Camposano, presidente ejecutivo de la CNA, recalca que la economía china no es la única con inconvenientes, pues, Europa también experimenta una situación similar. Los estragos de la invasión de Rusia a Ucrania han llevado a los países a reducir sus consumos en restaurantes, un segmento importante para el comercio del crustáceo. Adicionalmente, el costo de la energía hizo que los supermercados reduzcan sus inventarios de congelados.
Asimismo, el incremento de las tasas de interés en Estados Unidos ha mermado la capacidad de consumo de sus ciudadanos. “En este país los costos del financiamiento de vivienda se han disparado como en décadas no se había visto. Entonces, cuando una familia tiene que comer, decide lo primero. Hoy el principal canal donde se consume camarón es el de food service, restaurantes, hotelería, ocio, cruceros o eventos”, enfatiza Camposano.
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Otro tropiezo que enfrentó el sector fue la acusación de dumping o competencia desleal que, en octubre de 2023, presentó la Asociación Estadounidense de Procesadores de Camarón al gobierno de su país bajo la acusación de venta por debajo del costo y por beneficiarse de subsidios a importadores de camarón desde Ecuador, India, Vietnam e Indonesia, investigación que esta semana concluyó con la emisión de determinaciones finales para ambos procesos.
En dicha determinación se señaló que al no alcanzar el umbral mínimo de dos por ciento, no serán aplicados aranceles adicionales a las exportaciones de camarón de Ecuador, es decir, al país no se le aplicarán sanciones en este ámbito.
El experto en comercio exterior y docente de la Escuela de Negocios de la ESPOL (ESPAE), Víctor Manuel Jurado, explica que en mayo pasado se dictó una resolución previa donde se determinó una tasa preliminar del 10,58 por ciento por derechos antidumping para exportadores ecuatorianos, así como un arancel compensatorio por presunta presencia de subsidios del 2,89 por ciento.
Pero la controversia del dumping no es nueva. En el 2004, los productores del país del norte también plantearon una demanda al Ecuador por este tema, la cual llegó a las máximas instancias del comercio mundial en el Órgano de Solución de Diferencias de la OMC y que fue ganada por nuestro país luego de amplias investigaciones y un proceso que culminó en el 2007.
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El director ejecutivo del Comité Empresarial Ecuatoriano, Francisco Rivadeneira, detalla que estas discrepancias se dan porque Estados Unidos tiene una industria de producción de camarón proveniente de la pesca que es altamente sensible a la competencia internacional. “Históricamente y de manera permanente este sector ha buscado protección del gobierno ante la competencia internacional, esa es la razón por la cual ha sido afectado el camarón ecuatoriano”, indica.
A pocos meses de cerrar el 2024 y a pesar de los esfuerzos del Ecuador por incrementar su volumen de producción, todo apunta a que los ingresos por las exportaciones del crustáceo no van a crecer este año, advierte Camposano. “Posiblemente tendremos una producción estable este y el próximo año, pero habrá una potencial caída del valor facturado de al menos un ocho por ciento... Por ahí tendremos algunos picos de demanda relacionados al año Nuevo Chino que normalmente se atiende en septiembre, octubre y noviembre, pero no hay mayores patrones de recuperación”, estima.
Un panorama no muy alentador al que deben sumarse los efectos que dejará la crisis energética en el territorio nacional. La Cámara Nacional de Acuacultura asegura que los apagones representan una pérdida de aproximadamente cinco millones de dólares diarios al sector y calcula que un tercio de la producción de la cadena productiva del camarón se verá mermada.
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