Leylah Fernandez, canadiense de padre ecuatoriano, se transformó en gran protagonista de una ofensiva juvenil que irrumpió en el Abierto de Estados Unidos de la mano de un grupo de adolescentes cuyo tiempo para la gloria del Grand Slam podría haber llegado.
La tenista, quien cumplió 19 años el lunes, se convirtió este martes en semifinalista del Abierto de Estados Unidos y también en la gran favorita de los aficionados neoyorquinos que la apoyaron en todo momento en el triunfo por 6-3, 3-6 y 7-6 (5) ante la ucraniana Elina Svitolina, quinta favorita.
Después de quedarse sin jugadores estadounidenses a los que apoyar, los seguidores neoyorquinos han encontrado en Fernández, de 19 años y que llegó al Abierto sin ser cabeza de serie y como 73 del mundo, a su nueva ídolo, gracias al juego emocionante y agresivo que despliega cuando está en la pista y sobre todo su entusiasmo.
Con esas armas, Fernández alcanzó su primera semifinal de Grand Slam y es la jugadora más joven en llegar tan lejos en el cuadro femenino en Flushing Meadows desde que lo hizo la rusa Maria Sharapova en 2005.
"Creo que todos estamos súper hambrientos de hacer una diferencia en el mundo del tenis", dijo Fernandez.
Fernández dejó en el camino a las grandes favoritas y campeonas del Abierto la japonesa Naomi Osaka (2020), tercera cabeza de serie, y la alemana Angelique Kerber (2016), decimosexta.
"Obviamente, no tengo idea de lo que estoy sintiendo en este momento. Estaba tan nerviosa. Estaba tratando de hacer lo que mi entrenador me dijo que hiciera", dijo Fernández.
Ese entrenador es su padre ecuatoriano, que no está en Nueva York; se quedó en casa y ofrece consejos en las conversaciones telefónicas diarias.
Eso y el fuerte respaldo que recibe de los espectadores, que se levantaron y vitorearon efusivamente cada vez que Fernández levantaba un puño por encima de su cabeza o movía ambos brazos después de ganar un punto clave en el Arthur Ashe Stadium.
"Gracias a ustedes, pude avanzar hoy", les dijo a los aficionados después de superar a Svitolina, la medallista de bronce de los Juegos Olímpicos de Tokio.
En Ecuador, el presidente de la República, Guillermo Lasso, aprovechó para dedicar un mensaje a Fernández, en el que la felicita por su logro.
Fue un intercambio de golpes permanente en la recta final, incluso después de que Fernández se apoderó del primer set, después de que lideró 5-2 en el tercero. Una forma en la que mantuvo una clara ventaja: de los puntos que duraron más de ocho tiros, Fernández ganó 26 y Svitolina 16.
En cinco ocasiones, Fernández estuvo a dos puntos de ganar, pero no logró sumar el siguiente. Finalmente, con el parcial de 5-5 en el desempate, se movió al punto de partido cuando golpeó un tiro de pase en la línea que superó a Svitolina con la ayuda de un rebote en la cinta de la red.
Fernández levantó ambas palmas como pidiendo perdón por ese poco de suerte, mientras Svitolina sintió frustración.
El revés de Svitolina contribuyó a que llegase tarde y cuando la pelota pasó al otro lado de la pista se fue fuera, y todo acabó para ella.
Fernández se arrodilló en la línea de fondo y se cubrió la cara y Svitolina caminó hacia la red para abrazarla.
Fernández jugará el jueves contra la bielorrusa Aryna Sabalenka, segunda favorita, semifinalista de Wimbledon en julio, quien derrotó a la campeona del Abierto de Francia, la checa Barbora Krejcikova por 6-1 y 6-4.