Las redes criminales lideradas por albaneses se infiltraron en los puertos, el poder judicial, el sistema penitenciario y las fuerzas de seguridad del Ecuador para hacerse con el control de eslabones clave de la cadena de suministro de cocaína.
Un total de 246,7 kilos de cocaína fueron hallados en el falso fondo de un contenedor de mercancías que iba a ser embarcado en un puerto de Ecuador con destino a Bélgica.