Francia vive una nueva jornada de manifestaciones para conmemorar el 1 de mayo, día de los trabajadores, y volver a decir "no" a la impopular reforma de las pensiones del presidente liberal Emmanuel Macron.
Algunas de las manifestaciones degeneraron en altercados por la acción de elementos violentos en ciudades como París, Lyon, Nantes, Toulouse o Besançon, y la consiguiente reacción de las fuerzas del orden.
En París, donde el cortejo sindical comenzó a las 14.00 hora local (12.00 GMT) en la plaza de la República en dirección de la plaza de la Nación, los primeros incidentes se produjeron menos de una hora después en los alrededores del punto de salida.
Entre los diversos desperfectos, se vieron escaparates de tiendas y de establecimientos bancarios reventados, así como contenedores y otro mobiliario urbano incendiados
Los agentes respondieron a la acción de grupos violentos con cargas y el lanzamiento de gases lacrimógenos.
En Lyon, varios cientos de personas se adelantaron al cortejo sindical e igualmente atacaron las vitrinas de establecimientos comerciales y quemaron, entre otros, un coche de lujo en el centro, entre la avenida Jaurês y la calle Saint Michel, según France Info.
En Nantes, grupos violentos apilaron e incendiaron papeleras delante de la prefectura (delegación del Gobierno), que fue el escenario de enfrentamientos con la policía. Según el canal de televisíon France 3, como consecuencia de esos choques un manifestante perdió una mano.
En Toulouse, después de que la manifestación se desarrollara con normalidad, varias personas atacaron un camión de antidisturbios. Según el relato de la emisora France Bleu, una de esas personas abordó al conductor mientras otras lanzaban piedras.
La segunda economía de la Unión Europea (UE) centra desde enero la atención internacional por las multitudinarias protestas contra el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años que el presidente liberal aprobó por decreto.
Las tradicionales manifestaciones del 1 de mayo, con motivo del Día Internacional de los Trabajadores, se ven como un nuevo episodio en la saga contra la impopular reforma de Macron.
Macron, que defiende la reforma como una manera de evitar un futuro déficit en la caja de las pensiones, busca por su parte relanzar su segundo mandato hasta 2027. Pero en sus visitas por Francia no deja de tener caceroladas y abucheos.