Adrián Estrada, un moto taxista de 32 años que actualmente se enfrenta a la ruina económica, resolvió dejar de lado a su mujer, con quien tenía cuatro hijos, para iniciar una relación amorosa con una joven llamada Darianis, que conquistó su corazón en un local de venta de café de una plaza comercial.
Cuando decidió abandonar su hogar su relación con su esposa trastabillaba. Si bien atravesaban problemas, permanecían casados y hasta llenaban juntos una alcancía en la que acumularon más de doce millones de pesos (casi tres mil dólares), con la finalidad de utilizarlos para empezar a construir una vivienda en un terreno que habían adquirido en el barrio Luis R. Calvo, al noreste de Santa Marta.
Después de verse frecuentemente con Darianis durante aproximadamente seis meses, un día, el moto taxista tomó el fajo de dinero ahorrado entre él y su esposa, sin dejarle siquiera un billete, e hizo público su noviazgo con la joven. Se presume que iba a utilizar el efectivo para asentarse en algún sitio con su nueva pareja.
No obstante, después de que el dinero pasó a manos de Darianis, la mujer desapareció totalmente. El hombre, confundido en un principio, iracundo después y desconsolado finalmente, quedó en la calle, puesto que su esposa, quien ya sabía sobre la aventura extramarital de su marido y había advertido el robo de sus ahorros, no estaba dispuesta a abrirle la puerta de nuevo.
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Bajo la mirada ante señalamientos en la calle, Estrada abordó acciones legales. El hombre presentó una denuncia por fraude en el Barrio Galán, al este de Santa Marta. Pese a ello, la posibilidad de que encuentren a la mujer es reducida, al igual que la de volver a su lo que en el pasado fue su casa.