La reducción de carbono y agua se está volviendo fundamental para la industria bananera. El cambio climático y las nuevas exigencias del mercado mundial han replanteando los modelos de negocio de este sector.
La Unión Europea (UE), por ejemplo, firmó en 2019 el Pacto Verde, una hoja de ruta que hasta el 2050 impulsará una producción alimentaria sostenible, así como a la agricultura ecológica, por lo que
ha anunciado cambios en sus estándares comerciales y la inclusión de nuevos requisitos fitosanitarios, medioambientales y de responsabilidad social para los productos agropecuarios importados.
Durante un webinar organizado por el
Clúster Bananero Ecuador, José Javier Guarderas, gerente general de
Sambito, afirmó que, si bien hasta hace algunos años los temas medioambientales eran de carácter voluntario, dentro de poco estos serán la norma en la mayoría de los mercados internacionales, razón por lo que los productores ecuatorianos deberán adaptarse a las nuevas exigencias.
“Dentro de su estrategia la UE privilegiará a las empresas que midan su huella de carbono o tengan carbono neutro. En materia fiscal se va a seguir el principio de que el contamina paga, por lo que se prevé que hayan impuestos sobre emisiones”, manifestó.
El directivo cuenta que a nivel mundial el sector bananero se está haciendo eco de estas nuevas exigencias. Un ejemplo de ello es
Chiquita que en el 2011 abrió su primer centro de maduración de banano en Holanda, el primero de su tipo en ser neutro en CO2; desde el 2015 la firma viene reemplazando más de 10.000 contenedores en su flota y convirtieron sus buques al proceso ironing (o planchado en frío), acciones con las que han reducido más de 18.000 toneladas de CO2/año.
Asimismo, el mayor importador de bananas de
Europa Fyffes, junto a la cadena de supermercados holandesa Plus, están utilizando la tecnología blockchain para
rastrea la fruta desde la planta hasta la tienda. Las bananas de la cadena son Fairtrade (Comercio justo) y climáticamente neutra.
Por otro lado,
Dole promete hasta el 2030 tener cero emisiones netas de carbono en sus operaciones. Sambito actualmente está trabajando con 10 fincas de Dole y con su puerto en Ecuador para que su operación en la neutralidad de carbono.
Guarderas señaló que en Ecuador sí está yendo en esta dirección, un ejemplo de ello es
Contecon que se convirtió en el primer puerto de Ecuador en obtener Certificación Carbono Neutro. La exportadora de frutas Tropical Fruit también está trabajando en este frente.
Richard Salazar, director ejecutivo de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec), afirmó que es necesario adaptarse a las nuevas necesidad y tendencia del mercado. “Ahora es la UE, luego vendrá EE.UU. y seguramente se sumará Japón. El productor bananero ya ha empezado a cambiar su sistema de producción, ha tecnificado sus fincas, pero ahora más que nunca es necesario incentivar a los diferentes actores de la cadena, dijo.
El gerente general de Sambito destacó que a nivel mundial se han desplegado varias iniciativas sostenibles, tanto en finca, logística y puertos, pero que todavía ningún país ha certificado toda su cadena, por lo que cree que este es un frente al que debe apuntar el Clúster Bananero ecuatoriano.
“Hay varios actores de la cadena que ya cuentan con estos estándares, queremos que la mayor parte de la cadena sea carbono neutro y que la caja cuando llegue a su destino final tenga los distintos logos que garanticen al cliente final que el producto que llega a su mesa es carbono neutro”, expresó.
Pero a más de la oportunidad de competir en mercados internacionales, la sustentabilidad puede traer a los productores ahorros por el 15 y 20 por ciento. Las compañías que forman parte del programa SimCO2 de carbono neutralidad de Sambito –resaltó Guarderas- han reducido un promedio del 25 por ciento en sus emisiones, así como la disminución del 10 y 14 por ciento en el gasto de energía eléctrica.
Actualmente se estima que hay más de 10.000 hectáreas de banano certificadas con el sello Rainforest.