Aumento del salario básico en Ecuador debe alinearse con la productividad, señalan expertos
El incremento del salario básico en Ecuador expone el reto de alinear su sostenibilidad con el crecimiento de la productividad laboral, clave para evitar impactos negativos en la economía.
El reciente aumento del salario básico unificado (SBU) en Ecuador de USD 460 a USD 470 genera inquietudes sobre su impacto en la economía y el consumo. Aunque busca fortalecer el poder adquisitivo, podría elevar los precios de bienes y servicios, dificultando el acceso a la canasta básica, lo cual podría hacer que los consumidores limiten sus compras en lo estrictamente necesario, manteniendo el desafío de equilibrar ingresos con los costos básicos.
Según Francisco Borja Avilés, docente de la Universidad San Francisco de Quito, una subida salarial debe estar alineada con el crecimiento de la productividad del país, ya que "implementar el salario básico es insostenible si no existe un incremento de productividad". Además, señaló que medidas como el aumento del SBU sin un análisis exhaustivo previo pueden aumentar el desempleo debido a la desconexión entre la oferta y demanda laboral.
El experto explicó que el control del salario mínimo funciona como un mecanismo de precios, donde un aumento superior al punto de equilibrio afecta la creación de plazas de trabajo. "Si subes el salario mínimo, las plazas que ya existían se van cerrando", afirmó Borja. También enfatizó que sin mejoras en productividad, el país no podrá sostener aumentos salariales sin consecuencias negativas para el empleo y la economía general.
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Esta alza de salario básico unificado (SBU) en Ecuador se fijó en USD 470 tras la falta de acuerdo entre trabajadores y empresarios. Inicialmente, los trabajadores propusieron un incremento de USD 104 para igualar el SBU al costo de la canasta vital. La Cámara de Comercio de Guayaquil (CCG) explicó que "cerrar la brecha entre ambos no es tan simple. Un incremento justificativo y antitécnico provocarán que aumenten los costos de las empresas”.
Entre 2007 y 2023, el SBU aumentó un 165%, mientras que la productividad laboral solo creció un 4%, según datos de la CCG. Esto refuerza la postura de que "para que el salario crezca de manera sostenible, es imprescindible que primero aumenten la productividad y la competitividad".
El Código de Trabajo establece que el SBU debe ajustarse con base en el Índice de Precios al Consumidor. Con una inflación del 1,51% proyectada para este año, expertos señalan que el incremento salarial debe alinearse estrictamente con los principios legales y económicos para evitar desajustes en el mercado nacional.
En el contexto regional, en 2024 Ecuador registró el menor incremento salarial en Latinoamérica, con un aumento del 2.2%, según datos de la plataforma Deel. En comparación, Colombia tuvo un aumento del 38%, pasando de USD 242 a USD 335, mientras que Uruguay se posicionó con el salario mínimo más alto de la región, alcanzando US$ 570.
Raúl Ledesma, exministro de Trabajo y docente de jurisprudencia en la Universidad de Los Andes, destacó la importancia de que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) lleve a cabo un estudio detallado de la composición de la canasta básica familiar en relación con el número de aportantes en los hogares. Según Ledesma, "en una familia de cuatro, cinco o hasta seis personas con dos aportantes, la canasta básica no se logra cubrir". Además, enfatizó que un aumento salarial sin una planificación adecuada puede generar inflación y reducir el poder adquisitivo real.
Ledesma también sugirió que las familias prioricen el gasto en bienes esenciales, como alimentación, salud y educación, para asegurar que sus recursos cubran las necesidades fundamentales. Aunque considera crucial destinar una parte del ingreso adicional al ahorro, reconoce que esto resulta difícil en un contexto económico donde muchas familias enfrentan limitaciones para satisfacer sus necesidades básicas.
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