El pasado 22 de mayo, HRW envío una carta a Daniel Noboa, alertando sobre posibles violaciones a los derechos humanos con la declaratoria de conflicto armado interno y el despliegue de militares en las calles. Uno de los argumentos centrales es que la violencia no ha mermado, por el contrario, se han incrementado las extorsiones y los secuestros. El comunicado incluso habla de una posible ejecución extrajudicial, aunque Fiscalía investiga al menos ocho de estos casos.
“Detrás de Human Rights Watch está (George) Soros, que promueve la desorganización de las sociedades, la completa penetración de grupos irregulares escudados en temas de derechos humanos”, fue la respuesta del viceministro de Gobierno Esteban Torres el pasado lunes 27 de mayo.
En una intervención hoy, 29 de mayo, volvió a referirse a HRW: “que vayan a un operativo, eso sí, sin casco y sin chaleco, porque para ellos no existe la delincuencia, en Nueva Prosperina (...) No vamos a permitir que empiecen con demandas por lesa humanidad de casos absolutamente inexistentes”, insistió Torres. No obstante, HRW no mencionó o señaló de delitos de lesa humanidad en su carta.
En una entrevista con Vistazo, Juan Pappier lamenta estas declaraciones y dice que la respuesta de un demócrata habría sido llamar a un diálogo y alentar a que se investigue lo que está señalando HRW para llegar a la verdad. Espera que Noboa no tome el camino de Bukele.
Lea también: Daniel Noboa y Nayib Bukele se reunirán en el inicio de su segundo mandato en El Salvador
¿Qué sensación le deja la respuesta del viceministro Esteban Torres?
Son declaraciones que me dejan un deja vu bastante desagradable porque me recuerdan al expresidente Rafael Correa. Son declaraciones propias de un intolerante. Esperamos que el Gobierno muestre disposición a tener un diálogo más maduro, basado en argumentos y enfocado en encontrar soluciones. Soluciones para enfrentar al crimen organizado, que sigue arruinándole la vida a los ecuatorianos y hacerlo sin que ningún ecuatoriano inocente sufra violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad en el país.
¿Cuáles eran las respuestas a HRW en tiempos de Correa?
Correa respondía también con estas teorías conspirativas baratas, diciendo que trabajábamos para la CIA o para Soros. En lugar de responder a los argumentos, a las evidencias que presentábamos en nuestros informes, cuando denunciábamos la censura, la persecución judicial, todo el proyecto autoritario de Rafael Correa en el país. Creo que Ecuador logró salir de ese proyecto autoritario con mucho esfuerzo.
¿Cuál debería ser la respuesta de un demócrata?
Nosotros no pretendemos que el gobierno (de Daniel Noboa) u otro gobierno nos dé la razón automáticamente. Lo que sí pretendemos es que se dé una discusión basada en argumentos, en diferencias sobre los hechos, el Derecho, las interpretaciones. Y eso es lo que todavía esperamos del gobierno de Ecuador. Nosotros estamos a disposición para ofrecer ideas sobre cómo enfrentar la crisis del crimen organizado. Sobre cómo bajar los niveles de extorsiones y secuestros que son aterradores en Ecuador. Esas son las recomendaciones que le hemos dado al gobierno y estamos a disposición para conversar sobre la base de argumentos, no sobre la base de estas teorías conspirativas.
¿Cuál es el peligro de que el gobierno se mantenga en esta línea?
Nuestra carta es una alerta temprana al Gobierno, que demuestra que la política de seguridad no ha logrado debilitar al crimen organizado. Por el contrario, la extorsión y el secuestro han aumentado, aunque hay registro de disminución de homicidios en el país. Y una alerta temprana de que ha habido graves violaciones de los derechos humanos por la Policía y los militares. Lo que esperamos del Gobierno es que corrija los errores para evitar que estas violaciones sigan ocurriendo y para enfrentar al crimen organizado de una forma más estratégica, más efectiva.
¿Pero la gente respalda la medida de sacar a los militares a las calles, lo que no logró Guillermo Lasso?
El récord en materia de seguridad de Guillermo Lasso era pobrísimo. De hecho, se dispararon los homicidios de una forma escandalosa. De una forma pocas veces vista en la región. Lo que hace falta es una política seria de seguridad para proteger a la ciudadanía y eso pasa, por ejemplo, por enfrentar el lavado de dinero que permite que los grupos de crimen organizado operen a sus anchas. Enfrentar la corrupción de funcionarios de las fuerzas de seguridad. Prevenir el reclutamiento de menores. Hay tantos menores en Ecuador que no tienen oportunidades y terminan en manos de estas bandas. Eso hay que prevenirlo. No podemos seguir esperando a que a las familias ecuatorianas les sigan sacando a los niños para convertirlos en criminales. Esas son las políticas que hacen falta para frenar esta ola de violencia. Yo creo que sacar los soldados a la calle, anunciar constantemente detenciones sin mostrar resultados en materia de judicialización, difícilmente va a mejorar la vida o los indicadores seguridad en el país.
El informe habla de ejecuciones extrajudiciales...
Hasta ahora sabemos que Fiscalía investiga ocho presuntos casos de ejecuciones extrajudiciales, ocurridos desde el 9 de enero. Y nosotros hemos documentado uno de esos casos con evidencias muy concretas. Vamos a seguir evaluando, monitoreando de forma constante lo que ocurre en el terreno y vamos a seguir insistiendo en que haya investigaciones serias, en que haya justicia para las familias de estas personas que han perdido la vida a manos de las fuerzas de seguridad. Ecuador tiene una obligación internacional de investigar estos casos y asegurar que haya procesos serios para encontrar la verdad.
¿Se puede comparar a Noboa con Bukele por el manejo de la seguridad?
Yo he visto declaraciones del presidente Noboa que se distancia de Bukele, que dice que él tiene un proyecto distinto para el país. Tiene un carácter distinto. Creo que eso es importante destacarlo. Por supuesto que algunos han encontrado paralelismos por el uso de la retórica de guerra, declaración del conflicto interno armado en el Ecuador, despliegue de los militares, detenciones masivas, pero afortunadamente Ecuador está lejos de la destrucción de la separación de poderes que se vive en El Salvador. Es un país que está al borde de ser un estado policiaco. Yo sé que muchos en Ecuador, como en otros países de la región, tienen simpatías por lo que ha pasado en El Salvador, pero tienen que entender que, si bien han bajado los niveles de violencia por parte de las maras, hay una cantidad enorme de salvadoreños que están expuestos a todo tipo de violaciones de derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad, a torturas, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias. Ese estado policial que ha construido Bukele en El Salvador puede llevar a un país a transformarse en algo muy parecido a la dictadura que hoy existe en Nicaragua. Creo que los ecuatorianos que han salido con mucho esfuerzo de la experiencia autoritaria de Rafael Correa, no deberían estar inspirándose en procesos autoritarios como los que estamos viviendo en Centroamérica.
¿Esa es la preocupación del Congreso de Estados Unidos: que Noboa se convierta en un Bukele?
Yo creo que aquí en Washington hay preguntas sobre cuál es el camino que va a tomar Daniel Noboa en Ecuador. Si va a enfrentar al crimen organizado como lo hace Nayib Bukele. Si lo va a hacer como un demócrata, enfrentando a estas bandas delincuenciales con políticas duras, firmes, efectivas y respetuosas de los derechos humanos que no destruyan la democracia. Todavía hay que evaluar el camino que va a tomar Noboa. Creo que está a tiempo de corregir declaraciones desafortunadas como la de su viceministro de Gobierno, Esteban Torres, y de evitar estos gestos de intolerancia propios de Rafael Correa que no le hacen bien al Ecuador.