Las elecciones pasadas dejaron un nuevo mapa político, en el que sorpresivamente resurgió el correísmo como la principal fuerza, al lograr importantes alcaldías y prefecturas. También consiguió meter a tres de los suyos en el CPCCS. En cambio, en el referéndum ganó el ‘No’, algo que era promocionado por la Revolución Ciudadana.
En los comicios seccionales, la RC consiguió 9 prefecturas y proyecta alcanzar 60 alcaldías. Se afianzó en la Costa, en donde obtuvo la alcaldía de 6 de las 7 capitales provinciales, incluida Guayaquil. Algo que no había conseguido ni siquiera en los 10 años de la presidencia de Rafael Correa, terminando además con 30 años de hegemonía del Partido Social Cristiano (PSC) en Guayas.
A pesar de que la ley prohíbe que los candidatos a consejeros del CPCCS estén auspiciados por algún movimiento político, la Revolución Ciudadana y, en menor medida, el PSC hicieron campaña para promover a sus candidatos. De esta forma, el CPCCS quedó conformado por tres consejeros promovidos por el correísmo, dos por el PSC y dos consejeras aparentemente independientes.
La RC también logró triunfar con su campaña a favor del ‘No’ en el referéndum. El Gobierno de Guillermo Lasso perdió en las ocho preguntas que había planteado para mejorar la seguridad e institucionalidad del país.
No obstante, el Consejo Nacional Electoral (CNE) denunció que en la delegación provincial del Guayas se halló un supuesto centro de cómputo paralelo que al parecer imprimía actas falsas a favor del ‘No’ en la consulta popular. Lo que derivó en la remoción John Gamboa, quien dirigía aquella delegación.
Llorente y Cuenca (LLYC), consultora española especializada en comunicación, realizó un informe sobre la inesperada derrota electoral que complica el panorama de gobernabilidad para el presidente Lasso. Mientras sus adversarios se fortalecen.
En el estudio se recuerda que tras la ruptura entre Rafael Correa y Lenín Moreno, el correísmo perdió el control de Alianza PAÍS, la organización política con la cual ganó cuatro elecciones presidenciales seguidas (2006, 2009, 2013 y 2017).
Por ello, en las elecciones seccionales de 2019, los candidatos del correísmo participaron bajo el auspicio del Movimiento Fuerza Compromiso Social, fundado por el exministro Iván Espinel, sentenciado por corrupción. Así consiguieron apenas dos prefecturas (Pichincha y Manabí) y ninguna alcaldía.
En las elecciones presidenciales de 2021, el correísmo participó bajo los colores de Fuerza Compromiso Social y Centro Democrático. Postuló al candidato Andrés Araúz quien ganó la primera vuelta, pero finalmente fue derrotado por Guillermo Lasso. Mientras que en septiembre de 2021, el correísmo tomó el control del movimiento, y cambió su denominación a “Revolución Ciudadana”.
En menos de dos años, logró reestructurar su plataforma política para convertirse en la principal fuerza política a nivel nacional. ¿Qué pasó para que consiguiera este resurgimiento luego de las derrotas de las seccionales del 2019 y presidenciales del 2021?
LLYC enlista cinco puntos clave para que el panorama político haya cambiado drásticamente en favor de la RC.
1. Respaldo de base: El correísmo cuenta con un “voto duro” de aproximadamente 30%. Ese fue el porcentaje obtenido por Andrés Araúz en la primera vuelta presidencial de 2021 y el porcentaje promedio que obtuvieron sus candidatos en estas elecciones.
2. Consolidación como oposición: La Revolución Ciudadana se ha posicionado como la principal fuerza contraria a Guillermo Lasso, dejando atrás al PSC, ID y Pachakutik, quienes, en algún momento, se aliaron al primer mandatario.
3. Corriente regional: América Latina está experimentando una nueva ola de gobiernos de izquierda, tras las graves consecuencias que dejó la pandemia. La mayoría ha llegado con la promesa de disminuir la desigualdad. Otro de los postulados del correísmo.
4. Esquema y organización partidistas: LLYC destaca que el correísmo creó una estructura sólida y organizada. Por ejemplo, presentó candidatos para 205 de las 244 dignidades en disputa (84%), entre prefecturas y alcaldías; más que ninguna otra organización.
5. Desgaste del anticorreísmo: A pesar de que el clivaje correísmo-anticorreísmo todavía predomina, los seis años y dos gobiernos (Lenin Moreno y Guillermo Lasso) que han transcurrido desde que Rafael Correa terminó su mandato, han hecho que el sentimiento anticorreísta esté menos presente en el electorado.
La consultora LLYC concluye que la lección más importante de las elecciones es el fortalecimiento de las estructuras partidistas, pues buena parte del éxito del correísmo está en la solidez lograda en los últimos años de su plataforma.
Agrega que en los próximos comicios, las organizaciones políticas que tendrán mayor probabilidad de ganar serán aquellas que refuercen sus estructuras partidistas, no aquellas que busquen “outsiders” que ofrezcan soluciones por fuera de la política.
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