El ministro de Gobierno de Ecuador, José De la Gasca, indicó este jueves que él "no sería tan iluso de pensar que los 'Navy Seals' (de Estados Unidos) van a venir a patrullar" las calles ecuatorianas, tras la propuesta realizada por el presidente, Daniel Noboa, de permitir el ingreso de fuerzas especiales extranjeras para apoyar en el combate a las bandas del crimen organizado.
"Se ha creído que van a venir los 'Navy Seals' a patrullar nuestras calles, pero yo no sería tan iluso en creer que algo así va a suceder, pero sí creo firmemente en el poder de la cooperación internacional", señaló De la Gasca en declaraciones a periodistas tras haber intervenido en una sesión de una comisión parlamentaria de la Asamblea Nacional.
"Hay que entender bien esto de cooperación. Se trata de asistencia con naturaleza permanente en entrenamiento, capacitación y tecnología, siempre de acuerdo al derecho internacional y al derecho interno", añadió el ministro.
El titular de la cartera de Gobierno mencionó a Argentina y a Italia como los países que han expresado su voluntad de prestar una cooperación sostenida con Ecuador para enfrentar a las bandas criminales, causantes de la escalada de violencia que situó a Ecuador a la cabeza del índice de homicidios de Latinoamérica.
Frente a esta situación, Noboa declaró desde inicios de 2024 a Ecuador bajo "conflicto armado interno" contra las bandas del crimen organizado, dedicadas principalmente al narcotráfico, las extorsiones y la minería ilegal, entre otras actividades ilícitas, a cuyas estructuras el Gobierno pasó a denominar como organizaciones "terroristas".
Ello ha ido acompañado de una serie de sucesivos estados de excepción para permitir operaciones militares contra el crimen organizado en apoyo a la Policía Nacional, especialmente para el control de las cárceles, dominadas hasta entonces por las bandas criminales.
También el presidente ecuatoriano ha propuesto reformar la Constitución para permitir nuevamente el establecimiento de bases militares extranjeras en Ecuador, prohibidas en la carta magna de 2008, promovida bajo el mandato presidencial de Rafael Correa (2007-2017), lo que obligó a Estados Unidos a salir en 2009 de la base de Manta, en la costa ecuatoriana.
La Asamblea Nacional aprobó el martes una resolución para respaldar las gestiones del Gobierno en búsqueda de acuerdos de cooperación internacional frente al crimen organizado.
Actualmente Ecuador ya recibe asistencia de Estados Unidos y de la Unión Europea (UE), especialmente para tener un mayor control de las rutas usadas por las mafias del narcotráfico para enviar grandes cantidades de cocaína a Norteamérica y Europa, así como en otros ámbitos.
Rodeado por Colombia y Perú, los dos mayores productores mundiales de cocaína, con varios puertos en sus costas y una economía dolarizada, Ecuador se ha convertido en los últimos años en un paso importante para el tráfico de esa droga que se dirige mayormente a Europa y Norteamérica.
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Ecuador es además el tercer país que más drogas decomisa -solo por detrás de Colombia y Estados Unidos-, con unas 200 toneladas anuales de estupefacientes incautadas desde 2021 y un récord histórico de casi 300 en 2024.
"Nosotros estamos poniendo la lucha y los muertos en las calles por un problema que es del globo, así que qué mejor que los países se solidaricen también. La demanda del alcaloide (de cocaína), la minería ilegal y también del tráfico de personas no está aquí", aseveró De la Gasca.