Una bailarina posa para una foto impresa sobre un lienzo poco usual, que no es de papel sino que está formado por 9.000 cartuchos de bala, "la misma munición que utiliza el ejército ruso en cuatro horas en la guerra con Ucrania".
La estampa forma parte de la muestra Unbroken (Intacto) del fotógrafo ecuatoriano Felipe Jácome y la fotógrafa y bailarina del Ballet Nacional de Ucrania Svitlana Onipko, cuya obra "Nika 1" está expuesta esta semana en la Casa de América de Madrid.
La fotografía puede verse en el jardín del edificio, donde fue inaugurada por el embajador de Ecuador en España, Andrés Vallejo, el director de la Casa de América, Enrique Ojeada y los autores de la misma y permanecerá allí hasta el próximo 20 de julio.
La obra viene de estar expuesta en París, junto a otras instantáneas del proyecto, y llega a la capital española en el marco de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (ARCO) que comienza mañana miércoles.
Las imágenes están impresas directamente sobre las balas gracias a una impresora ultravioleta que utiliza tintas especiales y las modelos son las bailarinas ucranianas Anastasiia Bilokon, Vlada Shevchenko, Diana Stetsenko, Nika Afonina, Anna Schmatchenko, Masha Samara y Alyona Kapustyan.
ARTE PARA DENUNCIAR LA BARBARIE
Jácome y Onipko se conocieron hace un par de años y encontraron una pasión común, la fotografía.
Después de ese tiempo en el que mantuvieron la amistad, comenzó la guerra y él se preocupó sobre su situación y le propuso esta "colaboración".
"La idea fue tomar fotos de las bailarinas y elevar la imagen con algo con mucho peso simbólico", como son las balas, cuenta el ecuatoriano.
Jácome, quien ya expuso fotografías de la migración venezolana sobre billetes de bolívares, la devaluada moneda del país, quiso así "contrastar la fuerza y la belleza de las bailarinas que simbolizan la resistencia del pueblo ucraniano, con el horror y la destrucción de la guerra".
"Como fotógrafo y periodista siempre trato de ofrecer información e imágenes pero a veces el arte puede elevar las imágenes aún más porque toca diferentes partes de la sensibilidad de la gente", considera.
QUE NO SE OLVIDE UCRANIA
Por su lado, la ucraniana, quien actualmente reside en Holanda donde trabaja eventualmente como bailarina, lamenta que "la conversación sobre la guerra esté cayendo cada vez más".
"Espero con que con el arte podamos propiciar a hablar más sobre la situación porque la gente está muriendo, es terrible, me da mucho miedo que la gente se olvide de Ucrania, con el arte podemos hacer pensar a la gente", desea.
La fotógrafa espera además que con la venta de las fotografías puedan ayudar "en todo lo que se pueda" al pueblo ucraniano, donando los beneficios a proyectos que trabajan juntos a las víctimas.