El COVID-19 está probando severamente todos los atributos que dan a las empresas familiares una ventaja competitiva, siendo su capacidad para sobrevivir, prepararse y reinventarse continuamente las principales.
De acuerdo a la décima encuesta global de Empresas Familiares (EF) de la consultora PwC, son tres los pilares que deberán marcar el accionar de estas organizaciones: acelerar la transformación digital; incorporar la sostenibilidad a su estrategia; y profesionalizar su gobernanza.
La encuesta también incluyó a líderes y directivos organizacionales de Ecuador, a través ésta se descubrió que, en el último año, el 53% de las EF del país tuvieron una disminución en las ganancias (51% a nivel mundial) y un 14% una reducción en el índice de capital (13% a nivel mundial). A raíz de esto el 58% de las empresas familiares ecuatorianas prevén que el COVID-19 generará una reducción en las ventas. Asimismo, el 61% espera ver un crecimiento en 2021, mientras que el 83% cree que alcanzará este resultado para el 2022.
Lea también: ¿Cómo aplicar para la visa de trabajo temporal en EE.UU.?
Entre las medidas tomadas por estas hacia los familiares accionistas estuvieron: un 58% hizo una reducción de su salario; el 53% manifestó haber realizado una reducción de bonos y el 22% realizó una inyección de capital al negocio.
Las empresas familiares encuestadas identifican cinco prioridades clave para los próximos dos años: expandirse a nuevos mercados y segmentos de clientes; aumentar el uso de nuevas tecnologías; introducir nuevos productos o servicios; repensar, cambiar o adaptar el modelo de negocio y mejorar las capacidades digitales.
Sostenibilidad y capacidades digitales: Solo el 39% de las EF de Ecuador sienten que tienen la responsabilidad de combatir el cambio climático y sus consecuencias relacionadas. Sin embargo, el 50% asegura que la sostenibilidad está en el centro de todo lo que hacen y el 39% tienen una estrategia de sostenibilidad desarrollada y comunicada.
Por otro lado, el 47% siente que tiene sólidas capacidades digitales. Esto se compara favorablemente con el promedio global, donde solo el 38% siente que éstas son fuertes en su organización.
Cohesión y valores: Se considera que los niveles de confianza, transparencia y comunicación son altos, donde el 81% afirma que existe una alineación familiar en la dirección de la empresa, sin embargo, solo el 11% de las empresas familiares de Ecuador confirman tener un plan de sucesión sólido, documentado y comunicado, en comparación con el 30% a nivel mundial.
Asimismo, un 86% manifiesta que tiene un sentido claro de los valores y propósitos acordados como empresa y un 47% menciona tener un código de conducta definido.
Gonzalo Argandoña, socio líder de consultoría organizacional y finanzas corporativas de PwC señala que las nuevas generaciones de la familia desempeñarán un papel vital en el impulso de los negocios familiares en áreas políticas que son esenciales para el legado de la empresa.
“Deberán revisar su propósito y utilizar la confianza que han ganado para crear un impacto no financiero medible”, menciona.
La encuesta de PwC Ecuador concluye que a futuro las empresas familiares nacionales deben centrarse en tres áreas claves de acciones inmediatas frente al panorama actual:
Cumplir con la gobernanza ambiental, social y corporativa (ESG). Las empresas familiares deberán integrar a su estrategia acciones formales de gobernanza corporativa que respondan y reconozcan la importancia de la sostenibilidad, para ello deberán ampliar su visión, comunicación y mediciones.
Transformar las capacidades digitales. La encuesta ha demostrado que se habla más de digitalización que de acción. La crisis del COVID-19 revela que aquellos que ya se habían embarcado en su viaje digital estaban mejor ubicados durante la crisis. Los encuestados que no hacen de la digitalización una prioridad y no han progresado en este campo se enfrentarán a desafíos importantes para proteger su legado.
Profesionalizar la gobernanza familiar. Los beneficios de la estructura de un gobierno profesional decantan en los resultados comerciales y reputacionales de las organizaciones. El sentido de propósito de las familias debe trasladarse a las operaciones comerciales para lograr un éxito continuo.