Industria de alimento balanceado continúa produciendo a pesar de la crisis
A pesar del aumento de los precios de las materias primas y la crisis global, los productores de alimento balanceado continúan produciendo. Los costos han debido ajustarse en los dos últimos años.
El incremento de los precios de granos a nivel mundial, la crisis global de contenedores y ahora la guerra entre Rusia y Ucrania ha puesto en aprietos a la producción de alimentos. Las industrias productoras de balanceado, por ejemplo, han visto aumentar sus costos de fabricación y por consiguiente los valores de sus piensos se han encarecido, impactando directamente a toda la cadena productiva del país.
La Asociación de Productores de Alimentos Balanceados (Aprobal), cuenta que en los últimos cinco años los precios del maíz, trigo y harina de soya han dado grandes saltos. El primero pasó en 2017 de 160 dólares la tonelada métrica (TM) a 350 en el 2022; en el caso del segundo fue incluso más alto, pues de 160 dólares la TM llegó a 520, y la harina de soya en el mismo periodo subió de 340 dólares la TM a 460.
El director ejecutivo del gremio, Jorge Josse, explica que el año pasado el aumento se debió a los problemas en los fletes marítimos, así como al incremento de los cereales y harina de soya. Este 2022 el factor desencadenante fue la guerra entre Ucrania y Rusia, países que exportan el 29 por ciento del trigo, el 16 por ciento del maíz y que producen el 60 por ciento del aceite de girasol a nivel mundial.
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“Los aceites vegetales han venido subiendo de precio desde el año pasado debido, principalmente, a una baja en la producción mundial de aceite de palma, la cual se agrava con las restricciones al aceite de girasol de estos países”, explica Josee.
En cambio, la harina de soya, al ser un subproducto de la soya, se mueve siguiendo el precio de los aceites. En el 2021, el precio de los piensos se incrementó aproximadamente en un cinco por ciento, este año la subida es del cuatro por ciento. Francisco Pazmiño, gerente general de Avipaz, señala que el alza afecta a toda la cadena de producción de proteína animal, empezando con la de balanceado.
“Con el objetivo de que la cadena de suministro no se detenga, en un principio se absorbió toda esta alza, sin que el cliente final se vea afectado, con la esperanza de que pronto el mercado de materia primas regresaría a un nivel normal, cosa que no sucedió y al parecer no sucederá, lo que nos obliga a subir los precios del alimento”, afirma.
Innovación
Actualmente, el sector productor de balanceado en Ecuador no cuenta con materias primas que reemplacen al maíz, trigo y a la harina de soya, al menos no en las cantidades que éste requiere.
Pazmiño aclara que, si bien la industria busca el uso eficiente de los recursos disponibles, no existen muchas opciones como en otros países, donde se produce girasol, algodón, higuerilla y canola, cultivos con los que se elabora aceites y subproductos proteicos para la fabricación del alimento balanceado.
Todos estos cultivos -agrega- se los ha ensayado en el país, pero nunca progresaron debido al bajo costo internacional de la torta de soya y en el caso del aceite éste era más conveniente importarlo que producirlo. Asimismo, aunque se ha experimentado con productos no tradicionales como la torta de maracuyá y la harina de yuca, sus volúmenes no cubren las necesidades de la industria.
Para la fabricación de su proteína Avipaz ha implementado mejoras tecnológicas, así como tecnología de punta para molienda, peletización, procesos de extrusión, así como aditivos para aprovechar mejor las materias primas con el uso de fitasas, carbohidrasas, proteasas, desactivadores enzimáticos de micotoxinas, para sus líneas de ganado lechero, aves, cerdos, cuyes, acuática y mascotas.
Otra empresa que trabaja en innovación es Exibal. El año pasado produjo en su planta matriz de Riobamba y su complejo de extrusión del cantón Chambo, alrededor de 25.000 toneladas de balanceado en pellet harina y grumbled para especies pecuarias, truchas, tilapias, perros y gatos.
Su gerente de ventas, Diego Chugñay, comenta que, si bien el maíz y la soya son esenciales en sus dietas, sí se busca incorporar otros nutrientes. Para ello, realiza estudios y análisis para encontrar los sustitutos adecuados para la industria.
Exibal también ha ampliado su oferta con alimento para gallos finos y dietas extruidas para especies menores y mascotas. Este año producirá una línea de sales minerales pecuarias y tener un incremento en su producción de al menos el tres por ciento con relación al 2021.
Grupo Bioalimentar también se encuentra en proceso de investigación, desarrollo e implementación de opciones que suplan en parte a los cereales con los que elaboran sus balanceados. Dentro de su plan se incluyen nutrientes que ofrezcan ventajas competitivas, su alimento high premium para mascotas, por ejemplo, incorpora super foods como quinua y chía.
Su CEO, Edisson Garzón, resalta que la empresa mantiene reservas estratégicas de algunas materias primas y mantienen contacto con proveedores internacionales para importar aquellas en las que el Ecuador es deficitario o no produce.
Proyecciones de la Aprobal señalan que, debido a la reducción de área de siembra (de 250.000 a 188.000 hectáreas) habrá 350.000 TM menos de producción de maíz.
A eso hay que sumarle el daño causado por la enfermedad de la mancha de asfalto y los bajos niveles de fertilización de este año por el encarecimiento de los fertilizantes, urea principalmente, que causarán otra reducción de al menos 200.000 TM adicionales. “Por lo tanto la caída en producción va a ser al menos de unas 550.000 TM en relación al año pasado, esto es un 35-40%”, afirma el titular del gremio.
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