Las mujeres en la ruralidad enfrentan varias limitaciones para acceder a un crédito, pues las instituciones financieras suelen tener requisitos estrictos que no siempre pueden cumplir, como la firma del cónyuge, algo que para mujeres separadas que no han formalizado su estado civil les es difícil tener.
Otro obstáculo es la falta de garantías prendarias que normalmente se encuentran a nombre de los hombres del hogar, quienes en algunas ocasiones son victimarios en casos de violencia intrafamiliar.
La superintendente de Economía Popular y Solidaria, Margarita Hernández, añade otro: los bajos niveles de educación que dificultan la capacidad de la mujer para tomar decisiones financieras informadas.
“Por otra parte, muchas de las entidades del sector financiero carecen de canales de distribución adecuados, así como de información desagregada por género para un correcto diseño de productos y servicios...estas limitaciones hacen que sea difícil para las mujeres rurales obtener el capital necesario para mejorar sus vidas y sus comunidades”, manifiesta.
Sin embargo, recalca que en los últimos años hay un esfuerzo por fomentar la inclusión financiera del género en el sector cooperativo. Desde la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS), por ejemplo, se promovió la afiliación a la Alianza para la Inclusión Financiera, un organismo internacional con el que han podido conocer las mejores prácticas en cuanto a este objetivo para replicarlas en el país.
También se emitió la Norma con los Lineamientos para la Educación Financiera, y la Norma para la Protección de los Derechos de los Socios, Clientes y Usuarios con Perspectiva de Género.
Algunas cooperativas ya han adoptado medidas para facilitar el acceso de las mujeres a los servicios financieros y apoyar sus proyectos. Ese el caso de Chibuleo que implementó créditos que promueven su desarrollo económico y social mediante el fomento de iniciativas profesionales, laborales, personales y productivas, así como de nuevos emprendimientos.
Su gerente general, Rodrigo Llambo, señala que, del total de socios con créditos en el 2022, 18.340 son mujeres (37 por ciento), lo que equivale a una cartera de 118’049.338 dólares.
Entre los impactos que tienen sus productos y servicios financieros, resalta, está la inclusión financiera, el empoderamiento económico, la educación financiera, la igualdad de género y la estabilidad financiera familiar.
“Los productos y servicios financieros ayudan a empoderar a las mujeres para que inicien y expandan sus negocios y al adoptar prácticas equitativas y no discriminatorias en el acceso a productos y servicios financieros, se puede ayudar a reducir las brechas de género”, asegura.
Este año la cooperativa Chibuleo realizó una emisión en las bolsas de valores de un bono social de género por 15 millones de dólares, el cual tiene como objetivo financiar nuevos créditos a mujeres líderes y con microempresas para el apoyo de actividades productivas a una tasa preferencial del 14 por ciento.
Educación financiera
La creación de programas de capacitación financiera para las mujeres también son parte de las acciones diseñadas por las cooperativas de ahorro y crédito. La CACMU es una muestra de ello, pues, mediante su Escuela CACMU EDUCA brinda programas de formación gratuitos, cuyos modelos de gestión tienen enfoque financiero y social.
Adicionalmente, la RED CACMU-Emprende es un punto de encuentro para las socias que ofrecen servicios financieros y no financieros.
La gerente general de la cooperativa, Jeaneth Chávez, señala que esta formación favorece a la inclusión de mujeres, personas en movilidad humana, víctimas de violencia, colectivos diversos, jóvenes y personas en condiciones de vulnerabilidad que no poseen los medios para acceder a actividades de entrenamiento, asesoría, financiamiento e infraestructura como salas de reuniones, informáticas y espacios de coworking y para ferias solidarias.
“Ser parte del sistema financiero cooperativo le da independencia a una mujer, con la apertura de una cuenta se incentiva la cultura de ahorro... una vez que las socias acceden al sistema se abren nuevos horizontes porque ya pueden solicitar créditos y contratar micro seguros que les ofrecen protección a ellas y a sus familias”, afirma.
La CACMU cuenta con 34.040 asociados, 63 por ciento son mujeres. En el 2022, otorgó 1.643 créditos a sus socias, los cuales sumaron 8’559.235 dólares.
Para Gabriela Pesántez, jefa administrativa y de responsabilidad social de la Cooperativa Andalucía, si bien en los últimos años el país ha mostrado avances significativos en materia de inclusión financiera, todavía hay mucho por hacer para la generación de un entorno social favorable que beneficie a todos.
Esta entidad ha creado varios productos crediticios orientados a potenciar el crecimiento económico de sus grupos de interés, esto ha permitido que las mujeres puedan acceder a líneas de crédito sin restricción o discriminación. El año pasado, más del 42 por ciento de su cartera colocada está representada por este segmento.
“Se han generado líneas de crédito con tasas que van desde el 4.99 y el 11.99 por ciento, cuya finalidad es facilitar la inclusión financiera y la productividad del país y sus habitantes. El 48 por ciento del total de socios corresponde a mujeres, y durante el año 2022 se cuenta con una cartera de más de 160 millones de dólares orientada a este segmento”, asegura Pesántez.
A más de contar con 55 por ciento de talento humano femenino, Andalucía ha desarrollado campañas para la prevención de la violencia de género y la generación de un ambiente laboral seguro libre de discriminación e igualdad de oportunidades.
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