Enfoque

Desafíos y oportunidades para afrontar el autismo en el Ecuador

El 2 de abril se conmemora el Día mundial de concienciación del autismo. Desde la Junta de Beneficencia se trabaja en distintas áreas para lograr un diagnóstico oportuno para quienes poseen esta condición.

jueves, 3 abril 2025 - 16:08
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El autismo es una afección neurológica permanente que se manifiesta en la primera infancia, independientemente del género, la raza o la condición social y económica.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Trastorno del Espectro Autista o TEA se caracteriza principalmente por sus peculiaridades en la interacción social y dificultades en situaciones comunicativas, modos de aprendizaje atípicos, un especial interés por ciertos temas y actividades rutinarias, y particularidades en el procesamiento de la información sensorial.

Sin embargo, cada individuo con esta condición puede tener y desarrollar una afección y aptitud diferente, incluso en un grado muy distinto que el de otra persona diagnosticada con este mismo trastorno.

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Ante esta realidad, Daniela Mackenzie, neuropsicóloga infantil y coordinadora del departamento de Salud Mental del Hospital de Niños Roberto Gilbert, explica que es indispensable evitar la masificación e igualar los síntomas para todos los niños con autismo.

“No todos quienes tienen autismo caminan en punta o tienen las mismas dificultades para hablar. Por otro lado, existen muchos trastornos del neurodesarrollo, pero pocos con autismo correctamente evaluados”, afirma.

La OMS calcula que en todo el mundo uno de cada 100 niños tiene autismo. Sin embargo, esta estimación representa una cifra media, pues la prevalencia observada varía considerablemente entre distintos estudios, en los que estos valores podrían ser notablemente mayores.

Dentro de las posibles causas de este trastorno, la evidencia científica disponible indica la existencia de factores genéticos o ambientales que hacen más probable que un niño pueda tener autismo.

Para su evaluación, Daniela Mackenzie resalta que es muy importante realizar una historia clínica y un análisis integral para conocer varios antecedentes del niño y si a su vez recibió en sus primeros años de vida los estímulos apropiados para su desarrollo.

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En el Hospital de Niños Roberto Gilbert, de la Junta de Beneficencia, existen alrededor de 10 especialistas que valorarán un diagnóstico del TEA.

“Éstas abordan las áreas de neurología, psiquiatría, neuropsicología, psicología, psicopedagogía, terapia del lenguaje y ocupacional, otorrinolaringología, fisiatría y una valoración genética. Cuando los 10 especialistas están de acuerdo con un mismo diagnóstico , podemos decir que el paciente posee autismo”, explica la profesional.

Uso de herramientas tecnológicas

Desde hace un año, en el área de neurorehabilitación del Instituto de Neurociencias un proyecto innovador ha empezado a posibilitar un diagnóstico y análisis más ágil para el autismo.

A través del uso de gafas de realidad virtual, el especialista podrá evaluar funciones neuropsicológicas, como la atención, la memoria y funciones ejecutivas del niño.

Julio Rigail, neuropsicólogo clínico del Instituto de Neurociencias, de la Junta de Beneficencia, asegura que esta tecnología también permite a los niños trabajar en terapias que los trasladen a situaciones donde se les dificulta trabajar, por ejemplo, un aula de clases donde exista algún elemento distractor o que genere algún ruido, para trabajar en ello e identificar otras formas de ayudarlos a desarrollarse en distintos entornos.

La optimización de tiempo y el ahorro de recursos económicos también son otras de las ventajas de esta tecnología, que tiene como objetivo llegar a través de un diagnóstico oportuno a más pacientes con esta condición.

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