4,4 trillones de dólares es lo que genera anualmente la violencia contra las mujeres a la economía global. De acuerdo al estudio ‘Los costos país de la violencia contra las mujeres en Ecuador’, del Proyecto para la Prevención de la Violencia contra las Mujeres (PreViMujer) de la GIZ y la Universidad San Martín de Porres, señala que ésta representa el 43% de los gastos por todo tipo de violencia, en Ecuador la pérdida en promedio, es de $4.608 millones, lo que representa el 4,28% del PIB.
El análisis también detalla que, en el último año, una mujer agredida gasta alrededor de 50 dólares para buscar asistencia médica y protección unas 4 a 6 veces a la semana. Asimismo, destina 31 horas para atender el último episodio de violencia que ha sufrido.
La industria ecuatoriana busca combatir la violencia hacia las mujeres con la creación de políticas empresariales que, además de generar un ámbito laboral seguro, libre de violencia y discriminación que les brinde la oportunidad de independizarse económicamente, obtener empleos y salarios dignos y/o sostener sus propios emprendimientos para salir de la situación de violencia en la que se encuentren.
Hellen Andersen, directora de RRHH de Corporación GPF – FEMSA, asegura que invertir en el empoderamiento económico de las mujeres contribuye directamente a la igualdad de género, erradicación de la pobreza y crecimiento económico del país, por lo que quienes viven en situaciones de vulnerabilidad o violencia necesitan de autonomía financiera y acompañamiento psicológico.
“Las mujeres que gozan de independencia económica a largo plazo tienden a verse menos expuestas a situaciones de violencia. Sin embargo, para promover mayor autonomía económica es necesario abordar las barreras que existen actualmente para acceder al mercado laboral y al emprendimiento”, resalta.
Teniendo esta premisa, Corporación GPF – FEMSA en alianza con instituciones públicas y privadas promueve iniciativas para ayudar a mujeres con bajos recursos que se encuentran en situación de violencia o sobrevivieron a una. Este año, la compañía reforzó su relación con el Patronato San José de Quito y con la participación de colaboradores voluntariados brindan herramientas que permitan la empleabilidad de más de 20 mujeres en situación de vulnerabilidad.
Su coordinadora de Sostenibilidad, Stephanie Mancheno, afirma que las féminas que sobreviven a cualquier tipo de maltrato basado en género, requieren apoyo de su entorno y de entidades competentes para mejorar su autoestima. Por ello, es necesario potenciar su inteligencia emocional para no caer en codependencia y contar con recursos económicos que le permitan empoderarse.
La compañía promueve acciones integrales y proactivas en beneficio del cuidado de la salud y bienestar de sus colaboradoras, quienes representan el 70% de su nómina y ocupan el 46% de cargos de liderazgo. La empresa es una de las mayores contratadoras de mujeres del país y mantiene Políticas de Equidad de Género; Diversidad e Inclusión.
Protocolo de prevención
Alineados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 5 Igualdad de género y 10 Reducción de las desigualdades, y bajo la campaña “Desde la 1era ya es violencia”, Almacenes Tía promueve desde el 2018 la prevención de violencia de género aportando con información para sensibilizar sobre la problemática, capacitando a las colaboradoras en temas de empoderamiento femenino, defensa personal, entre otras.
En lo que va del año la compañía ejecutó un plan integral que comprendió un diagnóstico de la situación de violencia en las colaboradoras a nivel corporativo y doméstico, seguido de la socialización de los resultados y capacitación a los líderes de tiendas, centros de distribución y oficinas sobre la importancia de su rol en garantizar espacios de trabajos libres y seguros.
Otras acciones fueron además la capacitación de las trabajadoras sociales en el acompañamiento efectivo y asertivo de los casos que se reporten y el lanzamiento del Protocolo de actuación para la prevención, orientación, abordaje y erradicación de la violencia de género en el ámbito laboral y doméstico, disponible para todas las colaboradoras a nivel nacional.
El protocolo contiene el marco legislativo, principios rectores, acciones de prevención, soporte y acompañamiento para las colaboradoras que reporten casos de violencia intrafamiliar, que va desde la recepción de denuncias hasta el acompañamiento legal, en caso de ser necesario o la derivación a instituciones externas.
“Hoy más que nunca es importante tomar un rol protagónico en aportar a la calidad de vida de nuestras colaboradoras, es importante hacerles saber que no están solas, que cuentan con la organización para acompañarlas en los procesos que puedan estar atravesando para evitar que terminen alimentando las cifras que agobian al país.”, declara Malena Espinoza, directora de Recursos Humanos de Tía.
Lea también: Sentenciado por femicidio estudia Derecho en la cárcel, mientras la madre de la víctima tuvo que suspender su carrera