Lisala Folau, un carpintero con discapacidad motriz de 57 años, logró conservar su vida tras ser arrastrado de manera violenta por el tsunami de Tonga mientras pintaba su casa. Después de sobrevivir al desastre, Folau cuenta por lo que pasó.
El país de 100.000 habitantes se quedó sin conexión telefónica y de internet después de que el cataclismo cortara un cable submarino de comunicaciones que tardaría dos semanas en repararse.