La investigación resalta el potencial transformador de los cambios en el estilo de vida como herramienta para mitigar los efectos de esta enfermedad, brindando esperanza a aquellos que enfrentan el estrés crónico.
Los investigadores informaron que las personas que utilizaron las intervenciones en el estilo de vida adaptadas al fenotipo mostraron una mejora considerable en algunas áreas específicas, como la saciedad anormal y la alimentación emocional.