El proyecto tendrá sistemas de riego ecoeficientes basados en la recolección de agua de lluvia, así como un alcantarillado público que separa aguas lluvias de residuales.
El Distrito Metropolitano de Quito cuenta con 19 mil hectáreas de suelo apto para el cultivo. Este espacio está en peligro de desaparecer si la expansión urbana hacia los valles y las zonas periféricas sigue creciendo de forma indiscriminada.