Polémicas declaraciones de Andrés Pelaccini sobre las mujeres en Afganistán; asambleísta exige medidas
"Las invito a todas las feministas, vayan a trabajar a Afganistán. ¿Por qué no van a trabajar allá?", dijo Pelaccini.
En las últimas horas, el actor ecuatoriano, Andrés Pelaccini, generó controversia en redes sociales debido a sus comentarios en contra del movimiento feminista, que, además, los ligó a a la situación de las mujeres en Afganistán, quienes al momento se encuentran atemorizadas por el nuevo régimen talibán.
"Las invito a todas las feministas, vayan a trabajar a Afganistán. ¿Por qué no van a trabajar allá?", dijo Pelaccini, este martes 17 de agosto durante la transmisión de un programa radial. Inmediatamente, uno de los panelistas trató de hacerle entender que la situación en Afganistán es peligrosa y que es "un país donde te entran a metralla".
Sin titubear, Pelaccini le contestó: "¿Por qué crees que las estoy enviando a toditas (las feministas) allá, a las 'pañuelos verdes'?".
Acto seguido, el actor, de manera burlesca, cantó y bailó una parte de la canción “un violador en tu camino” (convertida en un himno feminista alrededor del mundo).
Tras cantar"no era cómo vestía", Pelaccini imitó el sonido de una ametralladora, como intentando explicar que la muerte sería el destino de este movimiento que lucha por los derechos de las mujeres, en el caso de que hicieran reclamos en Aganistán.
Las palabras del actor han generado varias críticas en su contra. La asambleísta, Johanna Moreira, se pronunció al respecto e incluso pidió a la Defensoría del Pueblo que dicte medidas por las declaraciones realizadas en un medio de comunicación, por contener "mensajes con contenido de odio, discriminatorio y misógino".
Cuando los talibanes gobernaron Afganistán entre 1996 y 2001, las escuelas de niñas estaban cerradas, las mujeres no podían viajar ni trabajar y estaban obligadas a llevar en público un burka, que cubre todo el cuerpo y el rostro, con una rejilla de tela a nivel de los ojos.
Las mujeres no podían salir de sus hogares a menos que estuvieran acompañadas de un "mahram", un acompañante masculino de su familia, y en las plazas de las ciudades y en los estadios tenían lugar además flagelaciones y ejecuciones, incluidas lapidaciones por adulterio.
Con el regreso al poder de los talibanes, que aplicaron una versión ultra rigurosa de la ley islámica, muchos países y organizaciones temen por la suerte de las niñas y las mujeres afganas.
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