Antes del amanecer, unos 280 miembros de las Fuerzas Armadas, 480 efectivos de la Policía Nacional y 38 guardias penitenciarios ingresaron por segunda vez, en esta semana, al reclusorio. En esta ocasión, entraron en el pabellón de máxima seguridad.
La sorpresa fue que dentro de las celdas había armas blancas, celulares, televisores, parlantes, ventiladores y cocinas eléctricas. Incluso, 12 gallos de pelea y 2 cerdos de color rosado, según informó el Ejército.
En fotos difundidas en redes sociales, se observa que los chanchos estaban en un lugar bastante reducido y en medio de condiciones insalubres. No se ha informado a dónde irán los animales.
Este operativo forma parte de las acciones que ha emprendido el Gobierno para intentar recuperar el control de los Centros de Privación de Libertad a nivel nacional.
El pasado jueves, 15 de junio, las fuerzas del orden ya habían ingresado a la cárcel de Bellavista. Ese día hallaron 21.900 dosis de sustancias sujetas a fiscalización, 38 armas blancas, 54 botellas de whisky, 50 litros de licor artesanal, 59 terminales móviles, 18 chips y 30 cargadores de celular.
Además, 620 dólares americanos, 10 parlantes, 10 neveras, 18 Tv LED, 31 cocinetas eléctricas, 12 ventiladores, 1 bomba de agua, 30 pacas de cigarrillos de 20 cajetillas, 19 dispositivos electrónicos y 5 codificadores de TV.
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De manera simultánea también se realizó un operativo en la cárcel de mujeres en Guayaquil (Centro de Privación de Libertad Guayas N. 2). Como resultado, en ese reclusorio, se decomisaron sustancias sujetas a fiscalización, celulares, cigarrillos, fosforeras, armas de fuego, cartuchos sin percutir, entre otros elementos.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Privados de Libertad (SNAI) indicó que 11 internas serán puestas a órdenes de la autoridad competente.
Las cárceles de Ecuador han sido desde 2020 escenario de una serie de masacres en las que han muerto asesinados más de 450 presos, producto de enfrentamientos entre bandas rivales que se disputan el control interno de los centros de reclusión.
A ello se suma las condiciones carcelarias, con un hacinamiento que puede llegar en algunos casos al 50 % de la capacidad de la cárcel.
La situación de violencia también se ha trasladado a las calles, con los grupos del crimen organizado en disputa por el control de las rutas del narcotráfico, en especial en la zona de la costa, donde están los puertos que han hecho de Ecuador uno de los principales trampolines para la cocaína que llega a Norteamérica y Europa.