El régimen de Rafael Correa quería inaugurar las mega obras en 2016, en plena campaña electoral para las elecciones generales de febrero de 2017. Pero funcionará recién a finales de 2024.
El Estado termina pagando más de cinco millones de dólares por cada una de las 20 escuelas prefabricadas que utilizó y que muchas de ellas ya están destruidas o a punto de cumplir su vida útil.