Terminó la búsqueda del joven ecuatoriano Pablo Andrés Aguirre Jácome, quien estudiaba en Montreal (Canadá) cuando desapareció el pasado 30 de enero de 2022.
Desde entonces, su familia hizo todo lo posible para buscar pistas sobre su paradero, pero tras 50 días de búsqueda no tuvieron éxito.
Finalmente, medios de comunicación canadienses dieron a conocer la fatal noticia: el estudiante fue hallado sin vida el pasado 28 de marzo en un arbolado de la ciudad de Laval, en la periferia de Montreal.
Según el reporte, el ecuatoriano de 23 años de edad no habría sido víctima de algún tipo de acto delictivo.
Marina Jácome, madre de la víctima, se pronunció en redes sociales la noche del 31 de marzo para anunciar que habían encontrado a su hijo.
"Con dolor anunciamos el fin de la búsqueda de Pablo Andrés Aguirre Jácome. Su madre y familia agradece a toda la comunidad por la ayuda y el esfuerzo brindado en su búsqueda y pedimos al mismo tiempo respeto a la privacidad en estos momentos de profundo dolor que atraviesa la familia. Pablo Andrés ahora se encuentra descansado en la presencia del Señor" reza la publicación compartida en Facebook.
La policía canadiense todavía no ha dado detalles sobre las circunstancias de la muerte del joven que estudiaba Posproducción de Audio y Video en el Instituto de Trebas.
La última vez que la madre de Pablo Aguirre supo de su hijo fue el domingo 30 de enero de 2022. Ese día habían conversado a las 11:00 y quedaron en charlar de nuevo a las 13:00, pero esto no fue posible porque el joven de 22 años ya no contestó su teléfono.
Ese día, la mujer pensó que su hijo estaba cansado y se había quedado dormido. Insistió al otro día y tres días después, pero tampoco tuvo respuesta.
La mujer contó que durante la semana en la que desapareció su hijo, él había estado en casa recibiendo clases en línea y no salió de casa. Sus compañeros de departamento relataron que el joven no había sido visto en la cocina desde el jueves 27 hasta el domingo 30, cuando se contactó con su madre.
Por esto, su madre presumía que desde el jueves su hijo no estaba comiendo, lo que la hacía sospechar de un posible un colapso porque esa semana la temperatura era de 30 grados bajo cero, así que se mantuvo encerrado.
El día de su desaparición, Aguirre salió del departamento y le dejó las llaves al dueño de casa, contó la madre. Le había dicho que estaba cansado del encierro y que quería respirar un poco. Pero no volvió.