“El peor evento de derrame de petróleo” y “esto no es emergencia, es una catástrofe”. Así reaccionaron los alcaldes de Quinindé y Esmeraldas, quienes alzaron su voz este lunes 17 de marzo ante el derrame de petróleo que ha cubierto decenas de kilómetros de ríos y playas.
La contaminación ha obligado a los pescadores de varias localidades a suspender sus actividades. Y lo más preocupante: miles de habitantes no tienen agua potable. El Gobierno ordenó a Petroecuador que implemente acciones urgentes y creara un fondo con dos objetivos: remediación ambiental y reparación a todas las familias afectadas.
Sin embargo, autoridades de la provincia de Esmeraldas, aseguran que estas acciones son insuficientes. Ronald Montero, alcalde de Quinindé, comentó este lunes que “hasta el momento no ha visto la presencia de las carteras del Estado”.
“El derrame fue el 13 de marzo. Han pasado 3 y 4 días y no vemos una acción directa, un contingente real para las necesidades que está sufriendo nuestra gente”, apuntó el burgomaestre en entrevista con Ecuavisa, quien recalcó que la respuesta institucional “es demasiado lenta”.
El derrame de crudo ocurrió por una rotura en el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), debido a un deslizamiento de tierra por las fuertes lluvias en el sector El Vergel, en Quinindé.
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El alcalde Ronald Montero recalcó que no es la primera vez que ocurre este tipo de desastres ambientales en su cantón. En los últimos ocho años se han registrado tres derrames de petróleo. Por ejemplo, recordó que en el 2023, también hubo un deslizamiento de tierra que causó una ruptura.
“Ya es conocido por las autoridades de Petroecuador los puntos sensibles en donde ocurren estos deslizamientos, pero la tubería sigue sensible. Además, es una tubería que está desde 1972, ya tiene 53 años de construcción”, detalló el funcionario.
Agregó que en Quinindé son 4.500 familias afectadas, es decir, que “alrededor de 15 mil ciudadanos prácticamente no pueden respirar”, ya que aparte del derrame, la zona atraviesa la etapa invernal lo que produce alta humedad. En las noches se emiten gases con los que los moradores, sobre todo cercanos a los ríos, no pueden respirar.
Por otro lado, 600 ciudadanos de Quinindé han experimentado dificultades en su salud: problemas respiratorios 75%, 20% tiene laceraciones en la piel e infecciones y un 5% posee problemas estomacales. Ronald Montero indicó que se han desplegado brigadas médicas, pero no son suficientes.
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El viernes, la ciudad de Esmeraldas, capital de la homónima provincia, se declaró en emergencia frente al derrame de petróleo que afecta al río que abastece a la ciudad, lo que según su alcalde, Vicko Villacís, había ya provocado “daños ecológicos sin precendentes”.
Villacís indicó que “esto no es emergencia, es una catástrofe”, la cual fue alertada a las autoridades nacionales desde el viernes, pero recién se están tomando las acciones de contención.
Solo en el cantón Esmeraldas, hay 2.500 personas afectadas, indicó el funcionario en entrevista con un medio digital.
“La playa las palmas está cerrada, el comercio informal cerrado y la parte turística cerrada”, dijo Villacís, quien añadió que “toda la vida Petroecuador contamina”.
El Sote es uno de los oleoductos encargados de transportar el petróleo extraído de los pozos de la Amazonía hasta la costa ecuatoriana, donde es refinado y embarcado en buques petroleros para su exportación.
Ecuador registra desde principios de año lluvias intensas que hasta el momento han provocado un total de 19 fallecidos, más de 104.000 afectados y la destrucción de 130 viviendas en todo el país.