Las mesas y sillas de los vecinos del barrio San Juan, en el centro de Quito, salen a las veredas en épocas decembrinas para festejar a la ciudad. Rossy Baldeón, vecina de la comunidad, nos cuenta que disfruta salir a caminar por aquellos días y ver las reñidas competencias del tradicional juego del 40 mientras disfruta de un rico canelazo, bebida a base de agua de canela con puntas (alcohol) que se ha convertido en una tradición en Fiesta de Quito.
“Es diciembre y el cuerpo ya lo sabe”, nos dice el guía nacional de turismo Christian Terán, y no precisamente por Navidad o Año Nuevo, sino porque este 6 diciembre se conmemora la Fundación de Quito. Fecha que, a pesar de causar polémica, nos ha dado la excusa perfecta para celebrar la quiteñidad con festivales, música, comparsas, juegos de antaño y mucho más.
“Las Fiestas de Quito creo que son identidad, orgullo y reconocimiento a uno mismo porque todo lo que uno ve en la calle es reflejo de todo lo que han ido construyendo varias generaciones y lo más bonito en las Fiestas de Quito se ve el amor y el cariño que la gente tiene a su ciudad”, comenta Terán, quien también se desempeña como divulgador histórico.
LEA: Quito en transformación: El auge de los valles y la necesidad de repoblar el Centro Histórico
Desde el primero de diciembre se inicia el festejo con el clásico embanderamiento de la ciudad, con especial énfasis en el Centro Histórico. Los negocios, las instituciones y las familias que tienen sus casas sacan sus banderas rojas y azules para hondearlas a la vista de todos.
Sin embargo, esta no es la única actividad para lucir sus mejores galas, “hay un concurso que es iniciativa del Municipio de Quito que es el Balcón Quiteño y que también se lo replica en algunos barrios que nace por iniciativa de la comunidad. Esa competencia sana que se tiene por mostrar el balcón más bonito o mejor decorado”, cuenta Christian, donde usualmente las flores son las principales concursantes de esta ocasión.
Y aunque estas actividades nos resulten bellísimas y nos llenen de orgullo, en su tiempo existieron muchísimas más que tristemente, con el paso de los años, han ido desapareciendo en la metrópoli.
Por ejemplo, las serenatas en los barrios, donde las vecindades se organizaban para armar una tarima, sacaban los parlantes, cerraban las calles y se ponían a bailar.
“En las Fiestas de Quito eran las famosas las serenatas en cada barrio, luego comenzaron a cambiar de nombre dependiendo los barrios, por ejemplo, en la Rodrigo de Chávez que es al sur de la ciudad ‘El Chavizaso’, en la calle Polonia que es por el sector de la Carolina ‘El Poloniazo’”, nos señala Terán, quién no deja de lado la fiesta taurina, “también creo que ha ido perdiendo la fuerza debido a lo que salió la Feria de Quito hace algunos años de la ciudad, porque se le conocía como el corazón de las fiestas, y no solo por la gente que iba adentro de la plaza de toros, sino que se concentraban alrededor de la plaza varias personas para festejar a Quito”.
LEA: Reforestación de Quito tras incendios inicia con siembra de 20.000 árboles nativos en El Panecillo
Los festejos van evolucionando de acuerdo a la sociedad en la vivimos, y así como el pensamiento de las personas ahora se ha volcado a preservar la naturaleza y cuidar los animales, de la misma manera algunas bandas y orquestas tradicionales se han innovado y dado un relevo generacional para hoy convertirse en un símbolo de Quito.
Es el caso de Don Medardo y Sus Players, que su canción “Solo tú” es un himno para la ciudad. “En el coliseo Julio Cesar Hidalgo se reunían todas las orquestas importantes para la retreta de las bandas de pueblo y comenzaban a tocar durante toda la noche y madrugada mientras la gente bailaba y de ahí decidían cuál fue la mejor”, nos reseña el historiador, que vive profundamente enamorado de la capital.
Juegos tradicionales hay bastantes, pero si hablamos de los que se rehúsan a morir, podemos encontrarlos en el barrio de La Ronda: la rayuela, los trompos o el típico juego del sapito, “que tenías que meter una moneda en una especie de cajón, y quien acertaba en la boca del sapo ganaba el premio mayor, y todas las monedas que estaban metidas adentro”, son entretenimientos que como nos explica Christian todavía se mantiene alegrando a las parroquias en las celebraciones.
En el barrio La Tola aun se rescata la competencia de ensacados, en la cual los vecinos se meten en sacos de harina o arroz y saltan hasta llegar a la meta. Y las declamaciones, un juego de palabras para cortejar, que a pesar del esfuerzo realizado por mantenerlas en escuelas y colegios, lastimosamente han perdido a su mayor precursor: Efraín Cepeda, conocido como el Rey del Piropo, fallecido en el 2023, dejando un legado que aun busca reactivarse como una iniciativa para Fiestas de Quito.
LEA: Fiestas de Quito: los restaurantes mejor valorados de la capital
“Esta persona decía que Quito es una mujer y hay que darle piropos y enamorarle cada día y se inventó esta tradición, el concurso de los piropos con 3 categorías, niños, jóvenes y adultos”, relata el guía quiteño.
Desde los Desfiles de la Confraternidad, los paseos en Chivas, la Mascarada Nocturna o el Desfile de las Luces que se desarrollan en diversos puntos de la ciudad, como la histórica pero ya demolida Tribuna de Los Shyris que se cristalizó en un espacio icónico para los capitalinos, las fiestas de Fundación ahora tienen un denominador común que las resalta, la música.
El festival de música independiente QuitoFest, que ya cumplió 20 años, ha reunido a los millennials y centennials en el parque Itchimbía para vibrar con los conciertos. Para las familias más tradicionales o personas de tercera edad está el Festival del Pasillo Ecuatoriano que se lleva a cabo en la Casa de la Cultura todos los años y que cada vez sigue aumentando la convocatoria.
Y ya sea en las empresas o colegios, entre amigos o colegas, el torneo del 40, un juego originario del Ecuador pero que tiene mucha fuerza en la Carita de Dios, se ha hecho tan popular que incluso vienen de otras partes del país para participar en el Campeonato Mundial del Cuarenta en las festividades.
Igualmente se elige a la Quiteña Bonita, quien acompañará al popular personaje del Chulla Quiteño, ambos seleccionados entre algarabía en los barrios e instituciones donde la gente se da un tiempo, una vez al año, para homenajear a la urbe. Y es que esto también hace ver el amor que los habitantes tiene por su localidad.