Conmoción en Galápagos. Dos adolescentes de 16 años fueron rescatadas tras ser víctimas de presunta explotación sexual. Las jóvenes eran captadas para asistir a fiestas, pero luego las grababan teniendo relaciones sexuales. El caso deja en evidencia la falta de acciones para la prevención y protección de menores en las islas, donde impera la cultura del silencio.
La investigación nació hace aproximadamente dos meses tras la alerta de colectivos de mujeres y dos denuncias en la Fiscalía de Santa Cruz por el delito de violación. Además, un video con contenido sexual llegó a manos de uno de los padres de las víctimas.
Es así que la Policía Nacional junto a la organización estadounidense OUR Rescue, que lucha contra la explotación sexual infantil y la trata de personas a nivel global, efectuaron un operativo en la isla Isabela, donde se habrían perpetrado los hechos investigados.
El Teniente Coronel Edwin Íñiguez, jefe de la Unidad de Investigación Contra la Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes de la Policía, detalló que las dos adolescentes fueron captadas para asistir a fiestas en fincas u otros domicilios y luego las filmaban teniendo relaciones sexuales a cambio de dinero.
“Esto es un abuso por parte de personas adultas que tienen la obligación de proteger a los niños, niñas y adolescentes, pero más bien han aprovechado su vulnerabilidad e inocencia para retorcer cualquier situación y comprar su dignidad a cambio de dinero”, aseguró el agente.
Las características de este caso hace prever a la Policía que, aparte del delito de violación denunciado por las víctimas, también podría configurarse un acto de explotación sexual y no solo serían dos, sino más adolescentes que integrarían esta red.
Las sobrevivientes fueron trasladadas a una casa de acogida en Ecuador continental para resguardar su seguridad y recibir atención psicológica. Mientras que la Policía continúa las investigaciones para detener a los implicados y rescatar a otras niñas.
“Estamos en buen camino para determinar si se trataba de alguna organización o simplemente un grupo de personas que se asociaba y realizaban este tipo de actividades”, avanzó Íñiguez.
Con el rescate de estas dos adolescentes, la Policía contabiliza al menos tres casos de presunta explotación sexual en Galápagos en lo que va del año. A inicios del 2024, se rescató a otra joven en la isla de Santa Cruz y su expediente sigue en investigación previa. Sin embargo, estos hechos podrían ser la punta del iceberg de una realidad más compleja.
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Según un reciente informe del Movimiento Activista de Galápagos de Mujeres en Alerta (MAGMA), la violencia de género representa el 26% de las noticias del delito que se reportan en el archipiélago, con un alto porcentaje de casos relacionados con violencia psicológica y sexual. Pero esta cifra podría ser mayor, ya que crímenes como la explotación sexual se han normalizado o incluso se trata de culpar a las víctimas.
“La dinámica en las islas es compleja porque todo el mundo se conoce. Hay miedo en denunciar porque las víctimas conviven diariamente con la persona acusada”, comenta Miguel Salazar, director de operaciones para Ecuador y Colombia de OUR Rescue.
Explica que otro fenómeno usual en este tipo de casos es que las víctimas no se identifican como tal. “Lamentablemente, tienden a naturalizar estas conductas, por eso es muy importante la prevención y socialización”.
Por su parte, el Teniente Coronel Edwin Íñiguez mencionó que es común que en estos casos se llegue a arreglos extrajudiciales o económicos, lo cual perjudica a la investigación. De hecho, el 50% de los casos denunciados por violencia de género en fiscalías de Galápagos han sido archivados o solicitado su archivo desde 2018 hasta mayo del 2024, de acuerdo al reporte de MAGMA.
Este alarmante dato también evidencia la falta de capacidad operativa y la necesidad de una mejor gestión de recursos por parte del Ministerio Público.
Mientras tanto, en ciertos bares o villares de Santa Cruz e Isabela sigue proliferando la prostitución. Incluso, mujeres del continente son llevadas a las islas con este fin, según alertan colectivos feministas.
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Parecería que en Galápagos la mayoría de personas tienen un gran poder adquisitivo, pero no es así, hay múltiples familias en estado de vulnerabilidad, lo cual es el caldo de cultivo perfecto para que los menores de edad caigan en situaciones que atenten a sus derechos.
“A veces las adolescentes que son explotadas sexualmente reciben regalos o dinero, de alguna manera les compran su silencio”, apunta una representante del colectivo MAGMA, que prefiere guardar el anonimato.
Otro problema que afronta la comunidad insular es que no confía en el sistema de justicia y, por lo tanto, no denuncia. Y es que del 32% de los casos de violencia de género, correspondientes a violencia sexual (abuso, acoso, violación y otras), solo el 5% ha obtenido una sentencia condenatoria. La gran mayoría se queda en la fase de investigación previa.
Esto sucede en parte, según el colectivo MAGMA, porque solo hay dos fiscalías multicompetentes. Una en Santa Cruz y la otra en San Cristóbal. La primera abarca alrededor del 75% de las noticias delito, pero solo cuenta con una fiscal. Además, ninguna de las dos sedes tiene equipos multidisciplinarios para la atención oportuna de las víctimas.
A esto hay que sumarle la escasa presencia de entidades como el Ministerio de Inclusión Social (MIES) y Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos. “Se necesita empezar a mirar a un sistema que está desarticulado en Galápagos”.
Una de las medidas que más urgen las organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres en el archipiélago es la implementación de una Fiscalía Especializada de Género en Santa Cruz. Además, voluntad política para cumplir con las leyes ya establecidas.
“Tenemos un plan provincial para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres, ordenanzas y planes cantonales. Solo tienen que empezar a tomarnos en serio”, dice una representante del colectivo MAGMA.
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Si usted evidencia algún acto que pueda configurar como un delito de explotación sexual u otro hecho relacionado con la violencia de género, debe denunciar al 1800 DELITO. En caso de que viva en Galápagos, también puede comunicarse al correo de la organización MAGMA: colectivo.magma.galá[email protected].
Recuerde que la explotación sexual infantil también se efectúa a través de medios tecnológicos. Los menores son engañados para pedirles fotografías o videos explícitos. Esta situación incluso puede terminar en abuso sexual.
En el 2023, el Centro Nacional de Menores Desaparecidos y Explotados (NCMEC por sus siglas en Inglés) recibió más de 36 millones de reportes de Material de Abuso Sexual Infantil (MASI) en línea a nivel mundial, de los cuales 136,302 corresponden al Ecuador. Es decir, que del país se emiten alrededor de 400 alertas diarias.
Por ello, esa organización estadounidense cuenta con una plataforma llamada ‘Take It Down’, que es un servicio gratuito para las víctimas de abuso sexual infantil en línea.
La herramienta elimina de Internet fotos y videos de desnudos, parcialmente desnudos o sexualmente explícitos tomados a menores de edad. Los sobrevivientes pueden permanecer en el anonimato y se genera una alerta.