Una periodista británica de 43 años se fue a dormir pensando que tenía un resfriado, pero se trataba de la etapa inicial de una enfermedad mucho más grave.
En junio del año pasado, Claire Muffett-Reece comenzó a sentir los molestares típicos de un resfrío y mucho letargo. No le dio importancia, y el 19 de ese mes, se fue a dormir temprano. Pero, al día siguiente, su vida cambió: estaba inconsciente y había perdido 20 años de recuerdos.
El esposo de Claire, al ver que no reaccionaba, decidió llevarla en una ambulancia al hospital Hospital Broomfield de Chelmsford donde convulsionó y tuvieron que conectarle un respirador, contó la periodista en un artículo que ella misma escribió para The Sun.
Una semana después, fue trasladada al Royal London Hospital para recibir atención más especializada. Allí confirmaron que se trataba de encefalitis, indicó La Vanguardia
“Los neurólogos confirmaron que mi cerebro se encontraba inflamado debido a una encefalitis, probablemente causada por un virus que me había infectado. A Scott y a mis padres les dijeron que se prepararan para lo peor”, afirmó.
La mujer estuvo 16 días conectada a soporte vital en terapia intensiva, y en total estuvo 5 semanas en el hospital. En ese periodo, tuvo alucinaciones y convulsiones.
LA PERIODISTA PERDIÓ 20 AÑOS DE RECUERDOS
La familia de Claire notó que algo no estaba bien con su memoria, cuando comenzó a preguntar por sus gatos que habían muerto hace mucho. Allí notaron que la mujer perdió unos 20 años de recuerdos.
La periodista pudo reconocer a su esposo e hijos, pero no recordaba haber dado a luz, su boda, fechas de cumpleaños, ni los intereses de los niños. Y al mirarse al espejo, incluso, desconoció su estado físico actual con más arrugas.
“A partir de ahí, quedó claro que se me habían desvanecido unos 20 años de recuerdos”, reveló.
Tampoco recordaba la pandemia, el atentado a las Torres gemelas del 11 de septiembre de 2001 y una serie de momentos históricos. “Fue aterrador descubrir acontecimientos que cambiaron el mundo y que no podía recordar”, expresó.
“Los neurólogos me explicaron que la pérdida de memoria era un efecto secundario habitual de la encefalitis, y que no existía garantía de que la recuperaría”, lamentó.