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Internacional

La historia del padre chino que buscó a su hijo secuestrado durante 24 años y lo encontró

miércoles, 14 julio 2021 - 20:37
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Guo Xinzhen, un niño secuestrado en 1997, se reencontró con su padre, quien emprendió una búsqueda por todo el país que llegó a inspirar una película en 2015. Como él 2.609 menores fueron encontrados por el Ministerio de Seguridad Pública de China; tras una campaña de búsqueda de niños desaparecidos.

La campaña llamada "Reunión", puesta en marcha a finales de 2020, se apoya en una base de ADN para reunir menores desaparecidos o secuestrados con sus familias.

De hecho, el ADN fue decisivo para encontrar a Guo Xinzhen en la provincia central de Henan e identificarlo como hijo de Guo Gangtang.

Guo Xinzhen fue secuestrado a los dos años y medio el 21 de septiembre de 1997 cuando jugaba con desconocidos en la puerta de su casa en la provincia de Shandong, contigua a Henan.

Su padre, Guo Gangtang, comenzó una búsqueda en toda China. En veinte años recorrió "más de 500.000 kilómetros a lo largo de veinte provincias en diez motocicletas" que se dañaron en el trayecto, según describe en su página web personal.

Tras encontrar a Guo Xinzhen, la Policía arrestó a dos personas sospechosas de su secuestro hace 24 años, delito que cometieron presuntamente con la esperanza de vender al menor.

La historia del padre se hizo popular y en 2015 se estrenó la película "Lost and Love", protagonizada por la estrella hongkonesa Andy Lau y basada en sus vivencias.

El hallazgo de Guo Xinzhen ha sido muy comentado en las redes sociales chinas, por el impacto que ha tenido la historia durante todos estos años.

En la red social Weibo, abundan los mensajes de felicitación al padre, pero también las peticiones de un duro castigo para los secuestradores.

Las autoridades chinas arrestaron a 372 sospechosos de secuestro y trata. Muchos de los menos encontrados ya son adultos por haberse alargado su caso durante años.

El secuestro de niños es un problema social persistente en China desde hace décadas.

Tecnologías como las de análisis de ADN o el reconocimiento facial han ayudado en los últimos años a resolver numerosos casos que llevaban años atascados.

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