"Esto no fue un concierto, fue una lucha por sobrevivir", dijo uno de los sobrevivientes del concierto del rapero Travis Scott, el pasado fin de semana en Houston (Texas), en el que una avalancha acabó con la vida de ocho personas
"Vi a varias personas inconscientes e incapaces de respirar, mientras las personas debajo de mí lloraban por mi ayuda. Pero físicamente no pude ayudar", reveló al medio CNN, sobre las escenas de caos en el Astroworld Festival.
"La multitud se hizo cada vez más apretada, y en ese momento era difícil respirar. Cuando Travis salió interpretando su primera canción, fui testigo de cómo la gente se desmayaba a mi lado", dijo TK Téllez, de 20 años, a CNN.
"Todos gritamos pidiendo ayuda y nadie nos ayudó ni nos escuchó. Fue horrible. La gente gritaba por sus vidas y no podían salir. Nadie podía mover un músculo".
Los asistentes al concierto describieron el evento como traumatizante, y muchos testigos dijeron que vieron cuerpos sin vida pisoteados, mientras la música seguía.
"Todo el mundo estaba llorando; fue el sonido más aterrador que he escuchado", dijo Téllez. "Imagínese escuchar a Travis Scott y a la gente gritando por sus vidas al mismo tiempo".
Uno de los heridos en el concierto ha demandado a los organizadores del evento, en el que también hubo decenas de lesionados.
El demandante, Manuel Souza, "sufrió graves lesiones corporales cuando la multitud descontrolada en el concierto lo tiró al suelo y lo pisoteó", se explica en la demanda presentada en el condado texano de Harris, al que corresponde Houston, según informó este lunes la cadena CNN.
La querella va dirigida contra el rapero y productor Travis Scott, quien fue el organizador del Festival Astroworld, así como la compañía de entretenimiento Live Nation, la promotora de conciertos Scoremore y otros involucrados en el evento, según precisa la cadena estadounidense.
Según la querella, "los acusados ni planificaron ni llevaron a cabo el concierto de manera segura".
"En cambio, ignoraron conscientemente los riesgos extremos de daño a los asistentes al concierto y, en algunos casos, alentaron y fomentaron activamente comportamientos peligrosos. Su negligencia grave causó lesiones graves al demandante", añade la denuncia, en la que se pide una indemnización de un millón de dólares.
Travis Scott se pronunció en su cuenta de Instagram. "Honestamente, estoy devastado", dijo en un video mientras suspiraba repetidamente y se frotaba la frente.
"En realidad, estamos trabajando en este momento para identificar a las familias y poder ayudarlas en este momento difícil", manifestó Scott. No obstante, muchos internautas han cargado contra él al considerar que no paró el concierto al percatarse del incidente.
El artista ha pasado de estar en uno de sus mejores momentos a uno de los más duros de su vida, cuando la relación sentimental con Kylie Jenner marcha bien. La pareja, que comenzó a salir en el año 2017, se separó dos años más tarde entre rumores de infidelidad por parte de él. tras el confinamiento, decidieron darse una segunda oportunidad.
De hecho, hace unos tres días, la influencer multimillonaria publicaba en su cuenta oficial de Instagram una imagen en la que mostraba el último y emotivo detalle que había tenido Scott hacía ella y su hija. "Papá nos ha conseguido anillos a juego", escribía la empresaria junto a una imagen en la que mostraba su mano adornada con un anillo con diamantes y al lado la pequeña mano de Storming con una versión mini de la pieza de joyería, informó el medio La Vanguardia.
Por su parte, las autoridades de Houston están investigando qué fue exactamente lo que provocó la avalancha.
Una de las hipótesis que están barajando es la posibilidad de que alguien empezara a inyectar drogas a los otros espectadores, una teoría que ha estado circulando por redes sociales y que mencionó el pasado sábado el jefe de Policía de Houston, Troy Finner, durante una rueda de prensa.
Finner dijo que le había llegado información sobre un agente de seguridad que intentó inmovilizar a alguien durante al concierto y recibió un "pinchazo" en el cuello.
Las autoridades locales apenas ofrecieron más detalles, pero ante la insistencia de los periodistas, el jefe de bomberos de Houston, Sam Peña, explicó que el personal médico que estaba en el concierto tuvo que administrar "varias" dosis de Naloxona, pero no dio un número exacto.
Sobre las 21.15 hora local (02.15 GMT del sábado), se desató el pánico y la multitud empezó a empujar en la dirección del escenario, mientras se producían peleas entre los asistentes y algunos perdían el conocimiento.
Como resultado, además de los ocho muertos, 25 personas fueron hospitalizadas, de las que 13 todavía están recibiendo atención médica, incluyendo cinco menores de 18 años, de acuerdo a los datos actualizados que ofreció este sábado Peña.