A medida que pasan los días, salen a la luz más detalles aterradores del asesinato de las niñas de Tenerife a manos de su padre. El pasado 11 de junio las autoridades españolas confirmaron que los restos de una pequeña encontrados en las profundidades de las costas de Tenerife, pertenecen a Olivia, la mayor de las hermanas desaparecidas.
Pese a que todavía no se encuentra el cuerpo de la otra niña, Anna, la policía y los investigadores revelaron en un auto judicial hecho público este sábado, que Tomás Gimeno, padre de las hermanas, las asesinó en la finca familiar y envolvió los cuerpos en toallas, luego bolsas de basura y después bolsas de deportes. Media hora después habría zarpado hacia altamar, donde arrojó los cadáveres atados con un ancla para que no puedan ser encontrados.
RAZONES
De acuerdo con una declaración la jueza que vigila el caso, expuesta por El País, todo esto habría sido para “provocar” a su expareja, en otro brutal caso de violencia vicaria.
En el auto judicial las autoridades afirman que Gimeno “nunca tuvo la intención de sustraer las niñas a su madre para llevárselas a un entorno desconocido”, sino para “presuntamente darles muerte de forma planificada y premeditada”.
El objetivo era “provocar un dolor inhumano a su pareja y dejar a Beatriz Zimmermann (madre de las niñas) en la incertidumbre acerca del destino” de sus hijas, “al ocultar sus cuerpos, darles muerte en el fondo del mar”, eligiendo para ello “lugares alejados de la costa y profundos, donde pensaba que nunca serían encontradas”.
El informe preliminar de la autopsia de Olivia señaló que la mayor de las hermanas falleció de un edema agudo de pulmón. Este puede ser causado por problemas cardiogénicos o por razones no relacionadas, como sería el caso de la niña. En este último escenario, la menor pudo haber sido sometida a la inhalación de agua, que le provoque una acumulación de líquido en los pulmones, asfixia o inhalación de humo. Asimismo, también pudo haber experimentado una reacción adversa a un medicamento o una sobredosis.
El asesinato de las menores ocurrió entre las 19:47 y las 21:00. A esa hora, Beatriz llamó a Gimeno para preguntarle algo sobre unos cuadros que debía ir a recoger a su domicilio y el hombre le indicó que había salido a comer con las niñas y que las dejaría en casa. A las 21:51 Beatriz volvió a llamarlo, asustada de que sus pequeñas no llegaran, y fue entonces cuando Tomás le dijo que estaba fuera de la isla con sus hijas y que nunca volvería a verlas.
LA CARTA DE LA MADRE
Tras los sucesos ocurridos, Beatriz ha escrito una emotiva carta en la que desea “que la muerte de Anna y Olivia no haya sido en vano”.
“Aunque ahora sintamos el mayor odio, desesperanza y dolor, no sea para traer más sufrimiento al mundo, sino lo contrario. Ellas habrán muerto en cuerpo, pero su alma está con todos nosotros para siempre, ayudando a tener más conciencia, amor y respeto por nosotros. La gran mayoría de las personas son seres increíbles, lo han demostrado en este acto tan cruel con la compasión y el dolor”, expresó Zimmermann.
Ella indicó que quería hacer una carta de agradecimiento a quienes le ayudaron y donde explique lo doloroso de su experiencia, para que sirva de ejemplo a otros padres y madres de familia en todo el mundo, para que valoren a sus hijos.
“Gracias a ellas, muchos padres miran ahora a sus hijos de otra manera y valoran mucho más el amor y los momentos diarios de las cosas simples. Ese maravilloso día a día que tanto echo de menos. Lo que yo daría por peinarles el pelo... Ese simple acto ahora mismo es lo que más desearía... Deseo que la muerte de las niñas sirva para crear mayor consciencia sobre el amor que entregamos a nuestros hijos, en valorarlo y cuando estamos con ellos no tener la cabeza en otros asuntos, sino en ellos. Nos necesitan y nos adoran”, dijo.
Zimmermann además espera que las leyes se endurezcan, para proteger a los niños.
A continuación, la carta completa:
"Con todo el dolor de mi alma, les quiero escribir una carta de agradecimiento. A todos ustedes que han estado en corazones y rezos con ellas y conmigo acompañando todos los días desde que desaparecieron, ofreciendo todo el amor y ayuda para que tuviera un final feliz.
Desgraciadamente no fue así, sufriendo en dolor el acto más monstruoso que una persona puede cometer: matar a sus propios e inocentes hijos.
Deseo que la muerte de Anna y Olivia no haya sido en vano. Y que aunque ahora sintamos el mayor odio, desesperanza y dolor, no sea para traer más sufrimiento al mundo sino lo contrario. Que trascienda en amor para los niños en forma de protección, educación y respeto.
Gracias a ellas, muchos padres miran ahora a sus hijos de otra manera y valoran mucho más el amor y los momentos diarios de las cosas simples. Ese maravilloso día a día que tanto echo de menos. Lo que yo daría por peinarles el pelo... Ese simple acto ahora mismo es lo que más desearía...
Gracias a ellas se conoce el significado de la violencia vicaria. Espero que las leyes se pongan más duras protegiendo a los niños. Ellos no tienen por qué cargar con esa mochila, y si el amor se acaba lo más importante es el bienestar de los hijos.
Si hay maltrato en los progenitores hay que ser muy tajantes porque los niños no pueden estar creciendo viendo violencia. Los niños son el futuro y es muy importante que crezcan observando un ambiente de respeto, paz, amor y tranquilidad...
Ellas son ahora dos ángeles que han venido al mundo enseñando una gran lección a costa de su vida. Y yo, siendo su madre, voy a luchar en contra de estas injusticias y el bienestar de los niños. Por ellas y por todos los niños. Anna y Olivia estaban llenas de amor, todos los días yo les decía a cada momento que las amaba muchísimo...
A Olivia le decía: "Oli, tengo un problema". Ella me respondía; "Sí, mami, ya lo sé: que me quieres demasiado". Y ella sonreía. Los niños son nuestra responsabilidad y yo como madre me duele en el alma no poderles haber salvado la vida. Ojalá yo hubiera estado en ese momento junto a ellas de la mano y morir juntas.
Pero eso no pudo ser porque Tomás quería que sufriera buscándolas sin descanso y de por vida.
Esa fue la razón por la que dejarme a mí con vida ... Y por supuesto, el no quedar como el mayor asesino de la historia. Aquí la justicia salió a la luz.
Gracias a toda la energía enviada en este caso tan desgarrador, gracias a todo el amor que pusieron, sucedió el milagro de encontrar a Olivia. Y que la verdad se conociera.
Cuando me dijeron la noticia se me vino el mundo encima, y por muy duro que sea por lo menos ahora puedo llorar su pérdida y sentirlas a mi lado a cada momento; sentirlas cuando me despierto, cuando desayuno, todo el día, hasta que me acuesto...
Debería de existir el 'Día Nacional del Niño'. Todos los 27 de abril, para recordar que ellos son, junto a las personas mayores, nuestro principal cometido de dar amor, apoyo y educación. No olvidar que dependen de nosotros y que confían plenamente en nuestro amor hacia ellos. Tenemos una responsabilidad...
Deseo que la muerte de las niñas sirva para crear mayor consciencia sobre el amor que entregamos a nuestros hijos, en valorarlo y cuando estamos con ellos no tener la cabeza en otros asuntos sino en ellos. Nos necesitan y nos adoran.
Olivia y Anna, ahora los angelitos de los niños, piden que les den todo el amor a sus hijos, dedicación, respeto, y que se les inculquen valores para un mundo mejor. Ellas habrán muerto en cuerpo, pero su alma está con todos nosotros para siempre, ayudando a tener más conciencia, amor y respeto por nosotros. La gran mayoría de las personas son seres increíbles, lo han demostrado en este acto tan cruel con la compasión y el dolor.
Gracias de todo corazón.
Beatriz; mamá de Olivia y Anna. Los angelitos".