Nicolás Maduro, quien ocupa el cargo de mandatario de Venezuela desde el 2013, fue reelegido para un tercer mandato en unos cuestionados comicios presidenciales llevados a cabo el domingo pasado, con el 51,95% de los votos, según ratificó el Consejo Nacional Electoral (CNE) este viernes.
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La emisión del resultado sumió a Venezuela en una crisis debido a que multitudinarias protestas, que por ahora han dejado al menos 17 muertos, entre ellos un militar, se registraron a lo largo del territorio nacional, en el marco de señalamientos sobre el cometimiento de un presunto fraude por parte del oficialismo.
Un día después de los comicios, la Plataforma Unitaria Democrática, publicó en una página web "el 81%" de las actas electorales que demuestran, según el antichavismo, que el candidato Edmundo González Urrutia, quien según el CNE solo obtuvo el 43,18% de los votos, ganó los comicios por amplio margen, lo cual ha sido reconocido por Ecuador, Uruguay, Argentina, Estados Unidos y Perú.
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Este miércoles, después de que la Organización de los Estados Americanos (OEA) se congregó en una reunión urgente para discutir sobre la legitimidad de los resultados, el secretario general de la entidad, Luis Almagro, anunció que pedirá a la Corte Penal Internacional que ordene el arresto de Maduro, a quien acusó de haber cometido un “baño de sangre” contra los manifestantes tras las elecciones del domingo.
Información que lleve a la captura del mandatario ya ha sido requerida en el 2020 por la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos, después de que fue acusado en el Distrito Sur de Nueva York de cometer narcoterrorismo, conspiración para importar cocaína y posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos.
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En paralelo, el Departamento de Estado de Estados Unidos ofreció una recompensa de hasta 15 millones de dólares por información que conduzca al arresto o condena del presidente, que ve la ola actual de protestas como un golpe de Estado, por lo que ha llamado a los cuerpos policiales y militares a extremar el control.
El Gobierno de Estados Unidos sostiene que “Maduro ayudó a administrar y, en última instancia, liderar el Cartel de los Soles, una organización narcotraficante venezolana compuesta por funcionarios venezolanos de alto rango, mientras ganaba poder en Venezuela en una conspiración narcoterrorista corrupta y violenta con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)”.
De acuerdo a lo publicado en el 2020 por el Departamento de Estado de ese país, el mandatario venezolano “negoció envíos de varias toneladas de cocaína producida por las FARC, ordenó al Cartel de los Soles que proporcionara armas de grado militar a las FARC, y durante su mandato como Ministro de Relaciones Exteriores, coordinó los asuntos exteriores con Honduras y otros países para facilitar el tráfico de drogas a gran escala”.
Dentro de esta presunta estructura criminal, Maduro incluso habría solicitado asistencia de los líderes de las FARC para entrenar a un conjunto de milicias no estatales que fungían como una unidad de las fuerzas armadas para el Cartel de los Soles.
El Departamento de Estado de Estados Unidos también sostiene que Diosdado Cabello Rondón, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela y personaje sumamente cercano a Maduro, participó en una conspiración entre el Cartel de los Soles y las FARC.
Coordinar con las FARC la promoción de la conspiración narcoterrorista para: transportar y distribuir grandes cargamentos de cocaína; beneficiarse de la provisión de seguridad fuertemente armada para proteger los envíos de cocaína y hacer que otros participen en ella, son varias de las acusaciones por parte de Estados Unidos que recaen sobre Cabello Rondón, quien adquirió relevancia en el contexto de las protestas al declarar que los principales líderes opositores de Venezuela “se iban a joder”.
“Dadas las abrumadoras pruebas, es claro para los Estados Unidos, y sobre todo para el pueblo venezolano, que Edmundo González Urrutia ganó la mayoría de votos en las elecciones presidenciales de Venezuela el 28 de julio”, indicó este jueves Anthony Blinken, el secretario de Estado de Estados Unidos en un comunicado.
Estados Unidos pidió a las partes implicadas en la crisis venezolana a abordar un proceso de transición que respete el deseo del desenlace electoral y dijo que apoyará un proceso de "restablecimiento de las normas democráticas" en Venezuela.
"Desde el día de la elección, hemos consultado intensamente a socios y aliados en todo el mundo y, pese a que cada país ha tomado diferentes caminos para responder, ninguno ha concluido que Nicolás Maduro ha recibido la mayoría de votos", concluyó el jefe de la diplomacia estadounidense.