Es la casa más pequeña de la cuadra
pero una pancarta delataba que ahí vive Glenda Morejón. Hasta hace unas semanas la calle estaba tranquila, la madre de Glenda salía todas las mañanas bien temprano a su puesto de frutas en el mercado de Otavalo, su papá (docente desempleado) se quedaba cuidando a las menores del hogar y haciendo algunas reparaciones de artefactos para tener un dinero extra, mientras que Glenda dividía su tiempo entre la escuela y los entrenamientos.
Hoy las calles Tobías Mena y Sucre, en Ibarra, son la residencia de la campeona mundial juvenil en marcha. Morejón, a sus 17 años, volvió del Campeonato Mundial Juvenil de Nairobi, en Kenia, con el premio mayor.
“No me imaginaba tantas entrevistas y eso. Es un poco difícil atender a todos pero nos estamos dando el tiempo posible para
asistir a las entrevistas”, explicó la deportista que reconoce este triunfo como un punto de giro para su futuro: “Yo creo que mi carrera ya cambió por completo. Hay que tomarlo con mucha humildad y agradecer siempre a Dios”, confió.
Glenda entrena desde los siete años, pero a los cuatro o cinco ya iba con sus hermanos a los entrenamientos. Fue su entrenador Giovan Delgado quien la orientó a prepararse como marchista y desde entonces ha ganado medallas en tres campeonatos Sudamericanos, un Panamericano y ahora un Mundial.
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