Existe un curioso punto en medio del mar que es extremadamente remoto y al ser el más lejano desde cualquier masa de tierra, los expertos le han dado la categoría de polo oceánico de inaccesibilidad. Se trata del Punto Nemo.
El nombre real del lugar es casi como un trabalenguas, por lo que fue apodado ‘Punto Nemo’ por el famoso antihéroe marino de una de las historias del escritor Julio Verne. Además, Nemo significa ‘nadie’ en latín, por lo que es apropiado para este sitio que casi nunca visitan los seres humanos.
Se encuentra localizado a más de 1.600 kilómetros equidistante de las costas de tres islas. Al norte, la Isla Ducie, una de las islas Pitcairn, en el océano Pacífico sur. Al noroeste se encuentra Motu Nui, de la Isla de Pascua, cerca de Chile. Y, finalmente, limita hacia el sur con la isla Maher, de la Antártida.
UN PUNTO ESPECIAL
El Punto Nemo es tan especial que apenas fue señalado en 1992 por el ingeniero canadiense Hrvoje Lukatela, que calculó sus coordenadas usando un programa de computación especializado. Nada de antiguos mapas o viajes expedicionarios como en la antigüedad.
Lukateka concluyó que la localización de estos puntos es especialmente singular porque “no hay tres puntos sobre la superficie de la Tierra que podrían reemplazarlos”.
Se determinó entonces que este sería el centro del océano ya que incluso tras erosiones costeras o mediciones más avanzadas, el Punto Nemo seguiría estando ahí, con una pequeña variación de algunos metros.
De acuerdo con la BBC, este sitio está tan lejano a las costas, que, con frecuencia, son los astronautas los seres humanos que se encuentran más cerca del lugar. Mientras que la Estación Espacial Internacional orbita la Tierra a un máximo de 416 km, la más cercana masa terrestre habitada hasta el Punto Nemo está a más de 2.700 km.
Las coordenadas del Punto Nemo. Foto: Diario El Sol.
UN CEMENTERIO ESPACIAL
Por la poca ocupación humana de la zona, las agencias espaciales llaman a los alrededores del Punto Nemo “Zona Deshabitada del Pacífico Sur”. Las agencias espaciales de Rusia, Europa y Japón han usado este espacio como “cementerio espacial”, que acumula más de un centenar de objetos espaciales desmantelados.
"Como en el caso de los restos de naufragios, crean hábitats colonizados por cualquier cosa y por todo lo que vive en esas profundidades", explicó la arqueóloga Alice Gorman, de la Universidad Flindres en Adelaide, Australia, en una entrevista con la BBC.
La experta indicó que, a excepción de los derrames de combustible, esta chatarra no debería representar una amenaza para la vida acuática.
LEYENDAS
Durante mucho tiempo existieron rumores sobre los seres vivos acuáticos que podrían habitar el lejano Punto Nemo. El autor H. P. Lovecraft escogió un punto curiosamente cercano para situar el hogar de Cthulhu, un legendario monstruo cuyo rostro estaba cubierto de tentáculos. Lo sorprendente es que la historia se escribió 66 años del descubrimiento del sitio.
En 1997, unos oceanógrafos grabaron un misterioso sonido a 2 mil kilómetros del Punto Nemo, una distancia relativamente corta. El sonido fue llamado “El Bloop” y era más fuerte que el emitido por una ballena azul, por lo que se empezó a decir que podría ser producido por un monstruo marino.
Años más tarde, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA) confirmó que el sonido fue producido por el hielo de la zona, ya que cuando lo icebergs se rompen, generan sonidos de ultra baja frecuencia. Se ha evidenciado grabaciones simulares en los sismos glaciares.
El monstruo creado por H. P. Lovecradt, Cthulhu. Foto: BBC.
Tanta especulación llevó a los expertos a preguntarse sobre qué tipo de especies podrían habitar el Punto Nemo. El oceanógrafo de la Universidad de Rhode Island, Steven D’Hont, indicó que en el sitio realmente no se dan las condiciones para que haya muchas especies marinas.
Esto se debe a una gran corriente giratoria conocida como el Giro del Pacífico Sur, que limita al este con Sudamérica, al oeste con Australia, al norte con la línea ecuatorial y al sur con la Corriente Circumpolar Antártica.
Según datos de la NASA, en el Punto Nemo la temperatura de la superficie del agua es de 5,8 grados Celsius. La corriente bloquearía la entrada de aguas más frías y ricas en nutrientes, y como la zona está tan alejada del continente, el viento tampoco puede transportar mucha materia orgánica.
Así, hay poco alimento y el fondo estaría sin vida. De acuerdo a la BBC, D'Hondt la describe como "la región menos biológicamente activa del océano en el mundo".
Además, el lugar está cerca del extremo del sur de la Dorsal del Pacífico Oriental, una línea submarina de actividad volcánica que se extiende hasta el golfo de California y marca el límite de las placas tectónicas del Pacífico y de Nazca. Por ende, en el hueco entre las placas brota magma y se crean respiraderos que expulsan agua caliente y minerales.
En un ambiente tan extremo solo prosperan bacterias que extraen su energía de las sustancias químicas liberadas por las erupciones volcánicas. Estas al final serán comidas por especies como el “cangrejo yeti”.
PLASTICO, SIEMPRE AHÍ
Por la falta de partículas y materia viva, el Punto Nemo tiene una belleza sin igual: sus aguas son azul aciago transparente, con un tono violeta, según D'Hondt. Sin embargo, esto puede llegar a ser opacado por la basura, que ha logrado hacerse camino hasta el punto más alejado de los humanos.
En 2013 un estudio confirmó que hay un parche de basura en el Giro del Pacífico Sur. La mayor acumulación se encontraba en el centro del Giro, 2.500 kilómetros al noroeste del Punto Nemo, y estaba compuesto de plásticos como poliestireno, sedales y fragmentos provenientes de barcos y de las costas.
Expertos en biología creen que esto desechos podrían llegar a desequilibrar el ecosistema y provocar que algunas especies proliferen, mientras que otras no.