El abuso sexual al estilo ‘la manada’, de una adolescente de 15 años dentro de un barco, pone en duda la efectividad del sistema judicial de Galápagos respecto a casos de delitos sexuales contra mujeres en el archipiélago.
Pues según el Sistema Integrado de Actuaciones Fiscales (SIAF)
, desde agosto del 2014 hasta febrero de 2021, se han registrado 889 delitos y tentativas de delitos por violencia basados en género y delitos sexuales en las islas. De estos, solo 19 han logrado sentencia condenatoria, hay 22 sobreseimientos y 591 están en investigación previa.
El hecho se remonta a la noche del siete de noviembre del 2020, cuando
el hijo de una exautoridad de la provincia invitó a la víctima a reunirse en una embarcación ubicada en la isla de Baltra, en Santa Cruz. En el barco estaban dos jóvenes más, el primo del chico y otro amigo de nacionalidad española. En total tres hombres menores de edad.
De acuerdo a la versión de la demandante,
uno de los agresores dio a la menor un vaso de alcohol, luego de un par de tragos, ella empezó a sentirse mareada y pidió ayuda para poder llegar hasta a una cama y descansar. Esto fue lo último que recuerda.
Cuando se despertó, tenía a dos adolescentes semidesnudos a su lado, el joven que la invitó y el primo.
El ocho de noviembre del 2020, los adolescentes no la dejaban salir del barco y le quitaron el celular. Aproximadamente a las tres o cuatro de la tarde pudo regresar a su casa, donde contó lo sucedido a su familia.
Stalin Oviedo, abogado de la adolescente, comentó que por este caso la Fiscalía abrió dos procesos, por
violación sexual que se encuentran en indagación previa, en los que están involucrados dos de los jóvenes.
Mientras el hijo de la exautoridad de Santa Cruz y
quien invitó a los otros adolescentes al barco, fue acusado por abuso sexual, causa por la cual
fue sobreseído.
“Esta decisión se dio a pesar de que existe un examen médico legal que prueba que hay violación o intento de violación”, explicó Oviedo.
Sin embargo, la defensa de la adolescente apeló la resolución de la Corte Provincial de Guayas y tras varias audiencias suspendidas, los jueces aceptaron el recurso
. El hijo del exfuncionario acaba de ser llamado a juicio.
“La audiencia de juicio será luego de que nos manden la sentencia escrita, estimo que el juicio puede durar dos meses”, indicó el abogado.
Sobre el proceso de violación sexual las investigaciones continúan y todavía no se conoce una sentencia.
Stalin Oviedo reconoce que ahora el litigio tiene mayor celeridad y hay colaboración de la Fiscalía. Antes, las audiencias se dilataban, los testigos no acudían a declarar y existían contradicciones en la sentencia de sobreseimiento.
El denominado ‘caso Endémico’ podría ser el punto de partida para examinar la violencia de género en Galápagos,
“yo presumo que hay tela que cortar en la provincia, existen algunos colectivos que piden a gritos se intervenga”, dijo Oviedo.
Varios colectivos de mujeres se han pronunciado sobre este caso en apoyo a la adolescente que fue violentada. El pasado 4 de marzo del 2021, organizaciones feministas, amigos y familiares de la víctima
realizaron marchas en Santa Cruz para exigir justicia, tras la primera sentencia que absolvió a uno de los acusados.
Vistazo buscó a la abogada del adolescente demandado por abuso sexual, pero ella manifestó que no tiene autorización para hablar del caso.
VIOLENCIA DE GÉNERO UNA FORMA DE VIDA
En Galápagos, el discurso alrededor de las maravillas naturales con las que cuentan sus islas ha opacado los problemas de sus habitantes, sobre todo, de las mujeres.
“La violencia basada en género es producto de un largo bagaje cultural que ha normado las relaciones de poder, esta situación no solo es un secreto a voces, más bien es una forma de vida dentro de Galápagos”, dijo una representante del colectivo Movimiento Activista de Galápagos de Mujeres en Alerta (MAGMA), quien decidió mantenerse en anonimato.
La organización lleva un año trabajando en la visibilización y erradicación de la violencia de género en Galápagos, en ese periodo han conocido varios casos de violación que no han sido sentenciados.
“En el caso de violaciones existe mucho que trabajar porque en la mayoría de los casos siguen sin sentencia, no se han podido realizar los peritajes necesarios para encontrar los elementos constitutivos del delito”, dijo la delegada de MAGMA.
TRES VIOLACIONES EN 2021
Según el Sistema Integrado de Actuaciones Fiscales (SIAF), desde agosto del 2014 hasta febrero de 2021, se han registrado 889 delitos y tentativa delitos de violencia basados en género y delitos sexuales en Galápagos. De estos, solo 19 han logrado sentencia condenatoria, mientras que se dieron 22 sobreseimientos y otros 591 están en investigación previa.
Violencia psicológica, abuso sexual y violación, son los tres tipos de delitos que más se registran en esta provincia contra su población femenina. En 2020, Galápagos contabilizó 23 casos de abuso sexual, un número superior al año anterior cuando fueron 19. En lo que va del 2021, ya se anotan tres.
Desde agosto del 2014 a febrero de 2021, la institución registra
128 casos de abuso sexual, de los cuales, 75 están en investigación previa, hubo 5 sobreseimientos y apenas 7 han logrado sentencia condenatoria.
En ese mismo periodo en las islas se han contabilizado
93 casos de violación, de los cuales 46 siguen en investigaciones, hubo 8 sobresimientos y 8 sentencias condenatorias.
“Muchos de estos casos de violencia no son denunciados porque los niveles de confianza en el sistema de protección de derechos y de justicia está muy debilitado”, concluyó la representante de MAGMA.
El Sistema Integrado de Actuaciones Fiscales (SIAF) también anota 87 casos de delitos cometidos en el ámbito educativo (abuso sexual, acoso sexual, contacto con finalidad sexual por medios electrónicos, pornografía y violación) entre 2015 y 2020.
SANCIONES
El
Código Orgánico Integral Penal (COIP) sanciona el abuso sexual con hasta cinco años de cárcel, mientras aquellos que incurran en violación son privados de su libertad por hasta 22 años. Pero cuando los acusados son menores de edad la pena baja y deben cumplir aislamiento en un centro de adolescentes infractores.