A pesar de los efectos adversos de la pandemia el sector automotriz ecuatoriano ha logrado recuperar gradualmente su dinámica. Si bien al mes noviembre el segmento registra una caída del 37 por ciento en la venta de sus unidades el futuro parece no ser tan desalentador, al menos así lo prevé esta industria.
Los esfuerzos realizados por el segmento para implementar planes piloto para su reactivación, la innovación tecnológica, el desarrollo de nuevos canales de comunicación y la reducción de tasas de interés y de entradas para la compra de automotores fueron claves para dinamizar la actividad, explica el presidente de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (AEADE), Genaro Baldeón.
El directivo destaca que un logro alcanzado este año, ha sido un cambio en la legislación que disminuye los niveles de garantías bancarias solicitadas para el crédito automotriz. Esto luego de que la Junta Bancaria derogara las resoluciones que restringían el crédito automotor, con lo que se redujeron las garantías y exigencias de patrimonio técnico que limitaban el acceso a préstamos para adquirir un vehículo.
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El gremio prevé que este 2020 cerrará con 86.000 unidades vendidas. “Las ventas se recuperan más rápidamente de lo esperado, aunque aún se encuentra a un nivel inferior en 37 por ciento de lo observado en 2019. También se ha visto el ingreso de seis marcas al mercado con inversiones importantes”, menciona.
Plan de reactivación
Para el 2021 el sector automotor ecuatoriano ya ha marcado una hoja de ruta para su dinamización económica. La estrategia, denominada Plan de Reactivación Económica, busca crear oportunidades, modelos de negocios, impulsar la simplificación de trámites administrativos y promover la actualización de la cadena automotriz. Los puntos claves del mismo, detalla la AEADE, son los siguientes:
Simplificación de trámites: La reducción de los costos relacionados con la carga de trámites administrativos y requisitos gubernamentales, es una de las prioridades para esta industria, sobretodo tomando en cuenta de que en el Ecuador importar, homologar y nacionalizar un vehículo puede demorar entre 100 y 180 días.
La AEADE plantea una propuesta que vaya de la mano del decreto 1204 de la Presidencia de la República (mejora regulatoria), como la implementación del proceso de matriculación en línea por primera vez en concesionarios.
Mejoramiento de la calidad de los combustibles: La medida busca disminuir las afectaciones de la salud, mejorar el ambiente por las bajas emisiones de gases contaminantes, y garantizar el acceso a tecnología automotriz disponible en el mundo.
Renovación del parque automotor y precios razonables: El gremio pide una reforma tributaria que, sin disminuir los ingresos fiscales, amplíe la accesibilidad a los vehículos e incentive la modernización de las flotas comerciales y de transporte público, por lo que propone la derogatoria de las Resoluciones Junta Monetaria que fija restricciones al crédito automotriz; la implementación del descuento de 15 por ciento en la tarifa del Impuesto Consumos Especiales a automotores con mayores estándares de emisiones y seguridad; así como el establecimiento del límite máximo de vida útil y plan de chatarrización.
Formalización del comercio de autopartes y talleres: Actualmente, el mercado de repuestos y neumáticos en el país atiende una exigente demanda para alargar la vida útil de los vehículos. En este sentido se pide formalizar el comercio, impulsar el proceso de certificación a talleres autorizados, transparentar el sector y adoptar medidas para el control de la venta de estos productos.
Transformación e innovación digital: El desafío del segmento seguirá siendo el fortalecimiento de nuevos canales de mercadeo y comercialización digital, por lo que tendrá que estar a la vanguardia de los nuevos modelos de negocio y tendencias del consumidor orientados al desarrollo de la “movilidad como un servicio”.
El 2021 será un año electoral, por lo que traerá también un desafío adicional al sector automotriz nacional. Genaro Baldeón cree que la confrontan visiones diferentes de la economía podrían llegar a afectar a la industria. “Por un lado, se tiene una visión restrictiva del comercio, que implicaría serias limitaciones al comercio automotor; y por otro lado una visión más liberal que generaría nuevas oportunidades”, remarca.