Sector textil busca ganar terreno frente a las nuevas tendencias del mercado
Su aporte a la economía y empleo nacional son el portaestandarte para la búsqueda de preferencia por parte de los consumidores.
Telas, blusas, camisetas y pantalones. El diverso portafolio de la industria textil ecuatoriana remarca su capacidad de producción. No en vano, la industria textil, de confección y moda representa el 5,5% del PIB de manufactura de del país. Sin embargo, su principal aporte recae en la mano de obra en toda su cadena de producción y comercialización.
Según cifras recogidas por la Asociación de Industriales Textiles del Ecuador (AITE), en el último año el sector generó 122.000 empleos directos y otros 38.000 indirectos. “Alrededor del 55% fueron ocupados por mujeres, lo que contribuye al desarrollo social y económico de las comunidades”, mencionan desde la AITE.
No obstante, la generación de empleo dista de la realidad competitiva del sector. La entidad gremial reporta desafíos y complicaciones que afectan a la industria textil, que no son únicamente aspectos locales, sino también internacionales. “Entre las principales preocupaciones del sector están la volatilidad en los precios de las materias primas como el algodón y las fibras sintéticas, costos de logística, las escasas oportunidades de inversión y recursos económicos y la necesidad de optimizar el valor agregado de los productos fabricados en Ecuador”, señalan sus voceros.
Ante esto, la propuesta de AITE es abrirse a nuevos mercados. Por tal razón, las mismas fábricas de textil y confección de ropa impulsan la tecnificación de sus procesos para llegar a diferentes nichos. Un ejemplo es Pinto, que cumplió 100 años en el país, y ahora apunta a la internacionalización de su marca, al igual que la diversificación de su portafolio.
Según el SRI, las ventas locales de productos textiles alcanzaron los 442 millones de dólares en el último año, mientras que las prendas de vestir rondaron los 907 millones. Ambos valores representan una reducción comparado con 2022 y a 2019, un año antes de la pandemia. Por su parte, las exportaciones de textiles y prendas de vestir se contrajeron 13,6 por ciento.
La AITE ve como un logro, por ejemplo, que en el reciente Tratado de Libre Comercio entre Ecuador y China se excluyó gran parte de los productos textiles sensibles. Asimismo, ve como una oportunidad aprovechar los acuerdos vigentes, como con Colombia, que representa el principal destino de exportaciones, al igual que otros países.
“A pesar de estos obstáculos, el sector textil y de confección ecuatoriano muestra resiliencia y capacidad de adaptación, buscando soluciones innovadoras y estrategias para mantenerse”, señalan desde el gremio.
.png)
