El concepto de moda se caracteriza por estar en constante cambio. Lo que ahora se utiliza para fiestas o eventos, hace unas décadas era impensado. Del mismo modo, las fabricantes de telas y vestimentas se han adaptado a esas necesidades. Y todo está relacionado desde la producción, pasar a la confección y llegar al cliente final. “Hoy no puedo estar en un mercado sin tener la tecnología y el conocimiento para entenderlo”, expone Mauricio Pinto, gerente general de Empresas Pinto.
Esa es una de las pocas compañías en el país que se dedica a la textilería y a la confección. Es decir, ellos fabrican su tela a partir de hilos provenientes de India, Estados Unidos y Perú. “Verificamos la calidad del producto que necesitamos”, expone una de las colaboradoras que nos guía en el recorrido a su planta ubicada en Otavalo, provincia de Imbabura. De esa manera, Pinto elabora sus telas y las almacena en rollos, es su base para la confección de las prendas de vestir.
“Contamos con una producción circular para ser más eficientes. Es decir, la tela producida es la necesaria para la confección de prendas que nos están demandando. Además, en el proceso de manufactura se elaboran prendas similares que requerirán de la misma materia base”, manifiesta otro de los guías en el recorrido. La marca ecuatoriana Pinto cumplió 110 años de operaciones y actualmente la cuarta generación de la familia es la que está al mando.
Precisamente, esa consolidación se logra al trascender en determinados aspectos del negocio. Por ejemplo, Mauricio Pinto rememora que cuando su abuelo Segundo Miguel Pinto arrancó con la fábrica, lo hizo a través de la generación de una planta eléctrica. Esta fue la base para la Hilandería San Miguel donde arrancaron con la fabricación de tejido de punto y producción de ropa interior.
La segunda generación correspondió a su padre Germánico Pinto, quien logró la expansión de la empresa mediante la distribución de la ropa a nivel nacional. Asimismo, abrió el primer punto de venta físico de la compañía. Luego, bajo su mando, se culminó la construcción de la planta de producción integral de Empresas Pinto. Su gerente destaca que así se amplió su capacidad productiva y lograron la exportación de sus prendas a Alemania.
Ahora su hija, Carla Pinto, está a cargo del área comercial de la empresa. La cuarta generación de la familia se ha centrado en el área de sostenibilidad, por ejemplo, en las fuentes energéticas y el tratamiento hídrico de los recursos. “La realidad es que el cliente quiere precio y calidad, no mira el origen. Pero también, hoy tiene otra preocupación. El mundo pide que las empresas sean sostenibles”, expone Mauricio Pinto.
Por tal razón, la compañía instaló una planta fotovoltaica para la generación de energía eléctrica. La empresa cuenta con 558 paneles fotovoltaicos que transforman la energía solar en eléctrica. Su producción representa cerca del 51% de le energía que necesita las operaciones de Pinto. Además, inyectan 4.000 kilovatios hora a la red pública. Asimismo, cuentan con una planta de tratamiento de agua.
Actualmente, el principal producto de Pinto es la camiseta polo. De ahí cuentan con las líneas de ropa interior, pijamas y camisetas. A nivel nacional cuentan con 43 locales, casi su totalidad dentro de los centros comerciales. “El ADN de esta empresa es pensar en el largo plazo. No es cuestión de ser rentable solo en lo financiero, sino también influir en la moda”, menciona el directivo.