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Los contratos de trapeado en Guayaquil que costaron 3 veces más que años anteriores

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Los contratos por 18 millones para trapear la zona regenerada de Guayaquil han sido cuestionados por haber costado tres veces más que antes. Pero eso no fue todo. En abril de 2020, durante el confinamiento, se firmaron otros nueve contratos de emergencia para lo mismo, por 8,6 millones de dólares. El ejecutor: la Fundación Guayaquil Siglo XXI.

La Fundación Guayaquil Siglo XXI fue establecida en octubre de 2000 con el objeto de “realizar por encargo de la Municipalidad los procesos de regeneración urbana en el cantón”. Desde 2013 su presupuesto total se ha mantenido casi constante en alrededor de unos 50 millones de dólares. En 2020 no fue la excepción. ¿Qué ha cambiado?

Este eslabón municipal con 225 empleados y auxiliares gasta en tres grandes rubros: obras de regeneración, mantenimiento de estas y costos administrativos. Según el presupuesto 2018, último año completo de la gestión de Jaime Nebot, en obras se invertía el 60 por ciento, quedando el 35 por ciento para mantenimiento y cinco por ciento para sueldos, papelería y más. Durante 2020, en la Alcaldía de Cynthia Viteri las proporciones cambiaron. En obras se gastó solo el 47 por ciento mientras el administrativo subió dos puntos.

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El 46 por ciento restante, casi 24 millones de dólares se usó en el mantenimiento propiamente dicho y en la limpieza de calles y veredas regeneradas. Este último rubro que se conoce en los contratos como “prestación de trapeado y servicios complementarios de limpieza” es el que ha generado polémica luego de varias investigaciones periodísticas. Diario El Universo, por ejemplo, descubrió que en 2018 se firmaron 12 contratos por 6,4 millones de dólares y que en 2020 encontraron otros 12 contratos con el mismo fin pero que ahora sumaban más de 18 millones.

Vistazo ha escudriñado un poco más en las bases de datos del Servicio Nacional de Contratación Pública (SERCOP) y hemos descubierto que, durante el confinamiento de abril del año pasado, la Fundación Guayaquil Siglo XXI (GSXXI) firmó nueve contratos más de trapeado que juntos suman 8,6 millones de dólares adicionales. Un cruce de comunicaciones entre el coordinador zonal del SERCOP, Andrés Serrano y el gerente de Guayaquil Siglo XXI, Xavier Álvarez Valdez pudo detener parcialmente la ejecución de esos contratos. De todas maneras, se pagó 3,6 millones de dólares más.

Se aprovechó la emergencia

El funcionario del SERCOP en carta del 11 de mayo presenta sus observaciones a los nueve contratos de trapeo de emergencia que se habían ya firmado a mediados de abril.

Entre lo que llama “análisis de los hallazgos”, Serrano cuestiona el carácter de emergente de esos contratos al señalar que un memorándum interno de la misma Fundación municipal indica que: “Debido a que la modalidad de limpieza a implementarse para las nuevas contrataciones fue aprobada el 26 de febrero por parte del Directorio de GSXXI, se encuentran en estudios de mercado...”.

Esto hace pensar que la ampliación de la cobertura se planificó tres días antes de que se anunciara el primer caso de COVID-19 en el país. Además, el tema estaba sobre la mesa debido a que para esas fechas 11 de los anteriores contratos estaban a días de fenecer.

Asimismo, cuando Vistazo revisó el presupuesto 2020 de la Fundación GSXXI, aprobado a fines de 2019, el rubro de mantenimiento al que se cargan los contratos de trapeo, fue de 31 millones de dólares. De esa cantidad, en la práctica se pagaron 24 millones entre enero y diciembre como consta en el informe de cumplimiento presupuestario de esa entidad.

Respecto a la observación del SERCOP de que esos contratos constaban como planificados, el gerente de Guayaquil Siglo XXI respondió: “La súbita declaratoria del estado de excepción y la orden de prohibir el trabajo presencial impidió a la entidad contratante continuar con los procedimientos comunes de contratación... En esta situación presentada, no podíamos continuar con los procedimientos ordinarios y se resolvió utilizar la figura de emergencia ante la necesidad imperiosa de asegurar la continuación de las labores de limpieza sanitaria y trapeado con productos desinfectantes de manera más reforzada y acuciosa”.

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Alargaron la emergencia

El proceso empezó con 10 contratos, pero una de las licitaciones fue declarada desierta. Era por 450 mil dólares y comprendía, entre otros, la limpieza de las dos principales arterias del corazón del suburbio oeste guayaquileño: las avenidas Portete y Assad Bucaram (o “La 29”).

Los otros nueve contratos, fueron cuestionados por el SERCOP porque duraban un año y el estado de excepción estaba ya entonces próximo a terminar. Una resolución expresa del organismo regulador de la contratación públicas advirtió que “el plazo de la emergencia estará supeditado a lo decretado por el Presidente de la República”.

Es más, una circular del SERCOP del 16 de marzo de 2020, había exhortado a las entidades contratantes a abstenerse “de publicar los procesos de régimen común planificados en caso de no existir condiciones para llevar adelante la etapa precontractual”.

El 11 de mayo, Andrés Serrano le advirtió a Xavier Álvarez que: “deberá abstenerse de iniciar o realizar procesos de contratación por emergencia que incumplan con las resoluciones del SERCOP”.

Cuatro días después el gerente de GSXXI se comprometió a “ajustar el plazo contractual con los proveedores mediante la suscripción de la correspondiente adenda estableciendo el plazo de 90 días”. Y añadió que “de manera inmediata se convocará a nuevos concursos mediante el procedimiento ordinario”.

La terminación anticipada y “amigable” de esos nueve contratos fue de todas maneras onerosa para la Municipalidad. Por los 90 días que duró la ejecución de estos nueve contratos se habrían desembolsado 3,6 millones de dólares. Esto quiere decir que por el 25 por ciento del tiempo inicialmente pactado, se pagó el 40 por ciento del precio total. ¿Quién responde?

Nuevos contratos

Los 12 nuevos contratos sumaron 18 millones de dólares. Dos años atrás, por 12 contratos con los mismos fines se pagó tres veces menos, ¿en qué se diferencian?

El “trapeado y servicios complementarios de limpieza”, sigue siendo el mismo. En el Municipio han dicho que se debe considerar que los metros cuadrados de las áreas regeneradas se han expandido por toda la ciudad. Que por ello se necesita tres veces más personal y que solo ese rubro constituye el 64 por ciento del valor del contrato. Además que el tiempo de duración de estos contratos es de dos años, seis más que los firmados en 2020.

Sí llama la atención que, de los 21 millones contratados, las dos terceras partes se concentran en tres de los 14 proveedores. El récord lo tiene la compañía Manlim con 9 millones de dólares. Le sigue Inmobiliaria Intelca con 2,8 millones y en tercer lugar queda Cleanstar con 2,1 millones de dólares. Ninguna de las tres participó de los contratos de emergencia pero cada una de ellas tiene dos contratos diferentes. En Manlim y en Cleanstar, el mayor paquete accionario está en manos de los hermanos Rafael y Felipe García Febres-Cordero respectivamente.

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