Un informe sobre el Banco de Desarrollo de China, desarrollado por la Organización de la Sociedad Civil Latinoamérica Sustentable, revela lo que hay detrás de los préstamos chinos a Ecuador.
En el programa Vistazo En Vivo conducido por la editora política, María Belén Arroyo, la directora ejecutiva de la organización, Paulina Garzón, dio detalles sobre los financiamientos de este "banco comercial más grande en el mundo". Más del 80% del financiamiento chino, en préstamos soberanos a América Latina, viene de este banco.
De acuerdo con el informe, unos de los temas preocupantes es el impacto que tiene el financiamiento del banco sobre los ecosistemas y comunidades locales.
En ese sentido, según Garzón, "el hallazgo más importante de la investigación es el haber encontrado que este banco no tiene las más mínimas salvaguardas políticas, mecanismos, procedimientos para realizar una buena gestión socio ambiental en el marco de los proyectos que financia".
¿El Banco de Desarrollo es el más importante acreedor de América Latina y de Ecuador, específicamente?, preguntó Arroyo.
"En el contexto de los bancos chinos, definitivamente", afirmó Garzón, y añadió que más o menos un 85% de todo el financiamiento chino, de préstamos soberanos, viene de ese banco.
Hay otros bancos que son fundamentales, como el Banco de Exportaciones y de Importaciones de China o el Banco Industrial de Comercio de China. Pero, Garzón reiteró que el banco analizado es el financiador más importante y que, además, es un pilar de la política china de cooperación financiera con la región y bilateral en el Ecuador.
"Es decir que dentro de las políticas de desarrollo de China, en el contexto internacional, el banco cumple una función muy importante porque da viabilidad a varias políticas, por ejemplo: China necesita una gran cantidad de recursos naturales, como petróleo, minerales y otros insumos; entonces el banco facilita que estos proyectos de extracción se den en América Latina, de modo que podamos suplir de estos bienes, de estos recursos naturales a los mercados chinos", explicó.
También puntualizó que el Banco de Desarrollo de China tiene una figura especial de préstamos, que son "las famosas líneas de crédito" y consisten en financiamientos grandes a los países, aprobadas, inclusive, antes de conocer cuáles serán los proyectos específicos que van a ser financiados y generalmente tienen dos tramos: uno que es de libre disponibilidad de los prestatarios, en este caso del Gobierno de Ecuador, y en este tramo lo que tiene que hacer el Gobierno es presentar los proyectos elegibles al banco; y en el otro tramo el banco tiene la posibilidad de definir cuáles serán esos proyectos que le interesa financiar.
No obstante, en ambos tramos, estos proyectos serán ejecutados por empresas incluidas en una lista de contratistas, que es provista por el banco.
"En ese sentido, la gran mayoría de los contratos que están financiados con estas líneas de crédito, están ejecutados por compañías chinas, con un importante número de trabajadores chinos y con tecnología china", sostuvo Garzón.
Entre las conclusiones del informe se menciona la deficiencia en la gobernanza ambiental del Banco de Desarrollo de China, por lo que se recomienda "pasos mínimos y urgentes para una mejor gestión de riesgos ambientales y sociales en los proyectos que financia".
"Para América Latina la disyuntiva no está en escoger entre Estados Unidos o China, yo creo que lo que nos compete a nosotros ahora es revisar quiénes tienen las mejores políticas, quiénes están dispuestos realmente a hacer una transición hacia un mundo de energía limpia", concluyó Garzón.