Rafael Correa asumió la presidencia de la República en 2007, cuando tenía 44 años. Su imagen joven y energética fue clave para llegar al poder.
Han pasado nueve años desde entonces y su apariencia ha sufrido los estragos del tiempo, en medio de diversos sucesos —como el caso Petroecuador y el de Pedro Delgado—, demandas, burlas de comediantes como John Oliver, acusaciones, enlaces ciudadanos. El joven Correa hoy se ve desgastado: tiene menos cabello y ha ganado peso. Mire aquí el cambio radical del Presidente: