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Mariana Bermúdez

¿Tengo estrés post electoral?

lunes, 16 octubre 2023 - 17:32
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Hoy el 51.94% experimenta euforia y esperanza por nuevos comienzos, mientras que el 48.06% experimenta desesperanza, injusticia y frustración, lo que se denomina Estrés Post Electoral.

Nuevamente el Ecuador culmina un proceso electoral, pero en un momento y circunstancias que lo hacen tan particularmente determinante, en el que se han vivido emociones dramáticas junto con situaciones de violencia histórica. De pronto llega una elección presidencial que nuevamente despierta por un lado grandes expectativas y esperanzas, y por otro, apatía, desconfianza.

He escuchado a muchos pacientes decir que, si ganaba tal partido político, entonces se iban del país y es ahí lo que nos muestra que este tipo de decisiones a nivel colectivo provocan el Síndrome por Estrés Post Electoral que se manifiesta con sensaciones de desánimo, desesperanza por el futuro, rabia, negación, depresión, euforia y que aparece luego de la culminación de un proceso electoral y sus resultados.

Un concepto acuñado luego de la derrota de John Kerry ante George W. Bush en Estados Unidos en el 2004. Después de las elecciones, los diagnósticos de ansiedad o depresión aumentaron un 10% en la población.

Al inicio de un proceso electoral, en lo que los candidatos se dan a conocer, presentan sus propuestas, se acercan a la población, se generan debates y con ello van generando emociones y reacciones que hacen sumar adeptos, seguidores y también adversarios. De esta forma se crea una especie de ilusión de cercanía emocional en los ciudadanos hacia ellos, que generan altas expectativas por sus candidatos preferidos.

Cuando la campaña termina, viene el desenlace en el que puede ocurrir que el candidato elegido no haya alcanzado la suficiente votación para proclamarse ganador. Para los seguidores de ese candidato, esta derrota, puede implicar el desarrollo de una “depresión post electoral”.

Y se produce una serie de manifestaciones psico-orgánicas que se manifiestan como algo muy parecido a un cuadro de ansiedad. Entre sus síntomas principales se encuentran: aislamiento, ira, irritabilidad, desinterés, amargura, inapetencia, insomnio, pesadillas y preocupaciones excesivas acerca del futuro del país y del propio.

Hay que tomar en cuenta que, pesar de que este síndrome no se considera como un diagnóstico psicológico, se ha podido comprobar que luego de una derrota electoral del candidato preferido, una persona puede sentirse invadida de desánimo ante la vida, falta de confianza en los gobernantes y su desempeño, cierta indignación o rabia con los que celebran el triunfo y también marcada apatía.

Esta condición temporal pasará por las mismas fases del duelo que consisten en: Negación, Ira, Depresión, Negociación, Aceptación, Resignificación y Esperanza y cuya prevalencia dependerá de ciertos factores como la personalidad ansiosa o depresiva que lo podría alargar incluyéndole síntomas orgánicos como taquicardias, colon irritado, presión torácica, alergias.

También incidirá algunos aspectos como las expectativas sobre la obtención de un trabajo u oportunidad de desarrollo, así como si haya existido un patrocino o aportación tanto financiera, como de tiempo entregado.

Por otro lado, una actitud adecuada, que es un arma muy poderosa para lograr transitar de forma dinámica estos procesos, podrá amortiguar la afectación, siempre que además se pongan en práctica estas recomendaciones:

- Retomar las actividades normales de la vida: el trabajo, iniciar una acción en la que se pueda desarrollar habilidades o talentos o así mismo retomar rutinas que hayan sido trastocadas por la campaña o proceso electoral.

- Reducir o dejar de consumir por período de horas, redes sociales o noticias. Es normal que, durante las primeras horas o días, las noticias sean el acompañante fiel y todas las conversaciones giran en torno a este mismo tema. Pero cuando estas van incitando a la desunión o agresividad, será mejor sustituirlas por actividades como el deporte o la lectura que logren generar mejores y satisfactorias sensaciones.

- Finalmente está prohibido pelearse con familia, amigos, compañeros de trabajo o vecinos, a causa de temas políticos o electores. La historia nos hace notar que las figuras políticas terminan llegando a acuerdos o incluso a ser amigos, por lo tanto, no es recomendable dañar relaciones que son fundamentales para nuestro desarrollo social y salud mental.

Recordemos que el Ecuador nos necesita a todos y nos necesita todos los días, nos necesita en unidad, trabajando con un enfoque positivo, y aportándole el bien preciado de la paz, que siempre nacerá primero en nosotros mismos y que nuestro gran desafío será volverla a convertir, en conjunto, con un estilo de vida y dejar de ir normalizando la violencia que tanta afectación nos ha traído como país.

Instagran/FB: Mariana Bermúdez Psicóloga

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